La Junta Militar de Birmania prohibe al enviado de la ONU entrevistarse con la líder opositora
El país recupera en parte las conexiones a Internet

(Reuters)

La Junta Militar de Myanmar (la antigua Birmania ) no está dispuesta a ponérselo fácil al enviado especial de la ONU que se encuentra en el país para tratar de alcanzar el fin de las agresiones a los pacifistas que se manifiestan desde hace ya once días. Según informa el diario 'The Times', los militares han prohibido a Ibrahim Gambari que se reuna con la activista detenida y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi. Precisamente hoy, el régimen había vuelto a reestablecer cierta normalidad en el servicio de internet en el país.
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Tras la negativa de la Junta, diplomáticos chinos y occidentales están intentando presionar al régimen para que permita la reunión entre Gambari y Suu Kyi, la principal voz de la democracia en el país a pesar de llevar doce años bajo arresto domicilario. En respuesta, el enviado de Naciones Unidas ha rechazado encontrarse con el líder de la Junta, el general Than Shwe, si finalmente no se produce la cita.
La principal misión de Gambari es conseguir que la Junta reduzca los precios de combustible que subió de forma abusiva hace unas semanas y que detonaron las protestas pacíficas encabezadas por los monjes budistas, el sector más respetado de la población birmana. El enviado especial de la ONU no visitaba desde hace casi un año Birmania porque el régimen militar de ese país no le concedía un visado.
En su viaje a Birmania, el diplomático egipcio ha pasado por Bangkok y Singapur, donde ha recogido noticias de primera mano sobre las manifestaciones antigubernamentales que desde hace más de un mes se repiten en todo Myanmar. Precisamente hoy, cuatro embajadores de Derechos Humanos de la Unión Europea, entre ellos la española Silvia Escobar, están pendientes de que les concedan un visado para entrar en el país.
Reestablecen el servicio de internet, aunque parcialmente
Aunque los birmanos pueden entrar en la red y enviar correos electrónicos, algo imposible la víspera debido al corte ordenado por la Junta Militar mientras reprimía con dureza las manifestaciones antigubernamentales en Yangon, algunos medios de la disidencia continúan sin funcionar o se encuentran bloqueados.
Las informaciones, aunque fuesen limitadas, y las fotos tomadas por teléfonos móviles y cámaras digitales han mantenido al mundo al corriente de los disparos efectuados por los militares contra los manifestantes, y de otras violaciones de los derechos humanos. "Me dispararon dos veces, pero no vi quién me disparó. No éramos mas que ciudadanos normales dirigiéndonos al trabajo, y nos dispararon sin ninguna razón", denuncia un singapurense que trabaja en Birmania en un correo electrónico enviado al diario de su país The Straits Times, y que lo publica hoy.




