La niña de Rajoy es también la niña de Obama

Todo lo presente puede ser objeto de un poema, una película y hasta de una soflama. El problema está en la habilidad del poeta, del cineasta o del político. La niña de Rajoy es la misma de la que se acordó Barak Obama hace unas semanas o Cristina Kirchner para ser presidenta de Argentina, pero los dos demostraron tener mejor equipo y ser mejores rapsodas.

La tentación de usar a una niña (hace 50 años aún hubiera sido un niño) para dar cuenta de un proyecto político que quiere lo mejor para todos, hasta para la inocente niña de los rizos de fresa, es vieja. Stalin se inmortalizó cogiendo en brazos a una niña (su propia hija, Svetlana), que representaba el glorioso futuro de la revolución bolchevique. Y Barak Obama, el candidato a ser candidato demócrata en EEUU, se refería a una niña en su ya famoso discurso de New Hampshire, el pasado 8 de enero, tras perder las primarias de ese Estado frente a Hillary Clinton:

"Ahora las esperanzas de la niña que va a una ruinosa escuela en Dillon son las mismas que los sueños del muchacho criado en las calles de Los Ángeles; recordaremos que algo está pasando en América; que no estamos tan divididos como la política sugiere; que nosotros somos un pueblo; que somos una nación; y juntos comenzaremos el siguiente gran capítulo en la Historia americana con tres palabras que sonarán de costa a costa; de un mar a otro brillante mar. Sí. Nosotros. Podemos".

'El ala oeste de la Casa Blanca'

Así de bien lo dijo Obama; así de bien lo escribió alguno de sus colaboradores -alguien parecido a esos hombres que nos mostró la serie de televisión El ala oeste de la Casa Blanca-. Es la misma niña, es la misma imagen, pero la obra de Rajoy estaba peor escrita y -sobre todo- peor interpretada:

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"Yo quiero que la niña que nace en España tenga una familia y una vivienda y unos padres con trabajo. Esto es lo mínimo que debemos exigirnos para todos, una familia, una vivienda y unos padres con trabajo. Yo me esforzaré especialmente para que la familia esté atendida, y la vivienda se pueda conseguir y para que no falte trabajo. Quiero conseguir que esa niña, nazca donde nazca, reciba una educación, una educación como la mejor. Quiero que se pueda pasear por todo el mundo sin complejos, porque sabrá idiomas y porque tendrá un título profesional que se cotice en todo el mundo".

Dolores Argentina

De la idílica e inocente niña también se acordó el equipo de campaña de Cristina Kichner, la ahora presidenta de Argentina. En su caso, la imagen de la inocencia que representaba lo mejor de un país, se plasmó en un spot basado en la niña 'Dolores Argentina', "la nena que nació el día que todos nos queríamos morir", el mismo día de diciembre de 2001 que se inició la última crisis que ha vivido el país de los gauchos. Entre dificultades de todo tipo, Dolores Argentina creció hasta lograr que la llamaran más Argentina y menos Dolores.

Ya lo dijo Miguel Ángel Aguilar

Tan mal lo hicieron Rajoy -como actor- y sus colaboradores -como guionistas- que le dejaron el terreno fácil a Zapatero, para que al día siguiente pudiera ironizar: "Quiero un país donde la niña de Rajoy viva en una sociedad en la que ningún partido político recurra una ley de igualdad entre hombres y mujeres". Es cierto, Alfonso Guerra hubiera sido más brillante.

Como ya dijo Miguel Ángel Aguilar en Hora 14, aquí en la SER, tal vez el colaborador de Rajoy que escribió la sensiblera soflama de la niña debería dimitir o -digo yo- al menos ser trasladado de departamento en el noble edificio de la calle Génova... salvo que esté a sueldo de Esperanza.