La ONU reanudará los vuelos de ayuda humanitaria a Myanmar
Naciones Unidas enviará dos aviones pese a las restricciones de la Junta Militar, que está poniendo problemas a la entrada de cooperantes en el devastado país
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha anunciado que este sábado enviará otros dos aviones con ayuda humanitaria a Myanmar a pesar de las restricciones que la Junta Militar está poniendo para la concesión de visados de entrada al país. Mientras tanto, Francia también mandará una tonelada y media de material en un buque que podría llegar a la antigua Birmania a principios de la próxima semana. Por su parte, la caciller alemana, Angela Merkel, ha tachado de inadmisible la actitud de la Junta Militar y ha anunciado que hablará con el secretario general de la ONU para buscar una salida que desbloque la situación.
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"Vamos a enviar dos nuevos aviones de ayuda humanitaria mañana, como estaba previsto, mientras continúan las discusiones con el Gobierno birmano sobre la distribución de víveres", señaló Nancy Roman, directora de comunicación del programa de la ONU.
El Programa Mundial de Alimentos ha acusado a la Junta Militar de Birmania de haberse apropiado de un cargamento de ayuda humanitaria para los afectados por el ciclón tropical "Nargis" y había anunciado la suspensión temporal de los vuelos. Poco después, sin embargo, Naciones Unidas ha hecho un llamamiento a la desesperada para solicitar 115 millones de dólares más para alimentos. Otro de los problemas que están registrando las organizaciones que quieren colaborar con la antigua Birmania es que las autoridades deniegan la concesión de visados.
El Programa Mundial de Alimentos ya había expresado su frustración por las dificultades y lentitud con la que las autoridades birmanas tramitan las solicitudes de visados de entrada para su personal.
La mediación de Tailandia permitió que la Junta Militar aceptara a última hora de anoche tres millones de dólares en ayuda de Estados Unidos, que tiene impuestas sanciones contra el régimen birmano, a cambio de que personal estadounidense pueda supervisar la entrega del material.
En las regiones más devastadas, el hambre comienza a tornarse en desesperación, y ya se han producido los primeros enfrentamientos y peleas por acceder a la asistencia internacional, pues los precios de los alimentos básicos se han disparado por la especulación y la creciente demanda.
Ayuda con cuentagotas
La tan esperada ayuda comenzó a llegar el miércoles en cuentagotas a las regiones de Irrawaddy, Pegu y Rangún y los estados Karen y Mon, donde se mantiene el estado de excepción por el ciclón que ha causado al menos 23.000 muertos y 42.000 desaparecidos, según los datos oficiales.
Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales de ayuda humanitaria se han quejado esta semana de la lentitud con la que las autoridades birmanas tramitan en Bangkok los visados de entrada para sus empleados, que demoran su llegada a las zonas afectadas, donde más se les necesita.
Mientras tanto, el aparato de propaganda del régimen continúa ocultando a la población la auténtica magnitud del desastre.