Sociedad
ACCIDENTE DEL VUELO JK5022 DE SPANAIR

Gran Canaria despide a las víctimas de Barajas

Un multitudinario funeral ha recordado a las víctimas del MD-82 de Barajas, en una emotiva ceremonia presidida por los Príncipes de Asturias

Las Palmas de Gran Canaria

Los Príncipes se sumaron hoy al dolor de Canarias en el funeral por las 154 víctimas del accidente aéreo de Spanair, 72 de ellas procedentes del archipiélago, en una emotiva ceremonia que fue seguida por unas 4.300 personas dentro y fuera de la catedral de Santa Ana, en la capital grancanaria.

Más de un millar de familiares de las víctimas asistieron al acto religioso, en el que estuvieron presentes el jefe del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de Canarias, Paulino Rivero, así como el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y un centenar de autoridades regionales y locales.

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Durante la homilía, el obispo de Canarias, Francisco Cases, instó a los familiares de las víctimas del accidente de Spanair a seguir adelante y a que, a pesar del dolor, pongan su brazo "para que se apoyen en él otros", de manera que experimenten que "la propia vida sigue sirviendo para alguien".

Los Príncipes de Asturias siguieron con emoción la ceremonia acompañando a los familiares de las víctimas, a los que saludaron uno a uno al término de la misa durante más de un cuarto de hora.

Algunos de los afectados mostraron a sus Altezas fotografías de sus allegados, mientras otros les explicaban la situación por la que atraviesan.

Poco antes, durante la liturgia, algunos allegados se acercaron a sus Altezas para darles la paz.

Autoridades asistentes

La ceremonia, que duró unos 75 minutos, arrancó a las siete de la tarde tras la llegada minutos antes de Don Felipe y Doña Letizia, que fueron recibidos por Zapatero, Rivero, Rajoy y otras autoridades.

El público que llenaba desde media tarde la plaza de Santa Ana, a los pies de la catedral grancanaria, aplaudieron a la llegada de los Príncipes, de Rodríguez Zapatero y de Rajoy, a quienes aclamaron en agradecimiento de su presencia para asistir al funeral canario por las víctimas del vuelo JK5022. A su salida, repitieron la ovación.

En la ceremonia también estuvieron presentes, entre numerosas autoridades, la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez; el vicepresidente del Gobierno regional, José Manuel Soria; el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, y de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo.

También acudieron presidentes de cabildos, responsables de instituciones canarias y los alcaldes de los trece municipios de Gran Canaria en las que residían 72 víctimas del vuelo de Spanair.

Durante la homilía, el obispo de Canarias, Francisco Cases, recordó que desde el 20 de agosto, día del accidente, "toda Canarias se ha cubierto de un manto de dolor, como toda España y como tantos y tantos lugares del mundo".

Un dolor ante el que, dijo, "no es fácil decir una palabra que pretenda dar sentido a lo vivido, cuando uno se ha rendido ya a la tragedia y sabe que no puede buscar comprender lo que no tiene sentido".

Gran afluencia

Pese a ello, animó a quienes perdieron a algún allegado en el accidente a continuar hacia adelante "para seguir ayudando a los que quedan, y poner el brazo para que se apoyen otros y para que uno experimente que la propia vida sigue sirviendo para alguien".

Cases, que expresó a los familiares de las víctimas los múltiples mensajes de solidaridad y apoyo llegados de toda España, afirmó que cuando el dolor "es tan crecido" la presencia cercana y el silencio "son más elocuentes que el ruido de los discursos".

Un representante de la comunidad indostánica de Gran Canaria trasladó desde el púlpito su solidaridad y deseó la recuperación de los heridos, al tiempo que hizo una plegaria.

Mientras en el interior del templo asistían al funeral casi 1.100 familiares de víctimas, un centenar de autoridades y otro centenar de miembros del clero diocesano de la provincia de Las Palmas, cerca de tres mil ciudadanos rebosaban la plaza de la catedral para ver el oficio, en un respetuoso silencio, a través de dos pantallas gigantes.

Incluso más de una docena de sacerdotes tuvieron que salir a la calle para dar la comunión a centenares de personas que lo pidieron.

En el templo también estuvieron presentes directivos de Spanair y pilotos de la compañía, con quienes conversó durante unos minutos el presidente del Gobierno de España mientras aguardaba a las puertas de la catedral la llegada de los Príncipes.

 
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