Palin, de anzuelo a lastre

Sarah Palin aceptó el desafío: darse a conocer al electorado en poco más de dos meses. Y, para bien o para mal, lo ha conseguido. El republicano McCain la eligió como candidata a la vicepresidencia el pasado 29 de agosto. Llegó a la campaña como gancho del voto femenino y conservador, pero su inexperiencia se ha hecho palpable en algún sonado error, que ha terminado por convertirla en un lastre.

McCain se sacó de la manga a Sarah Palin cuando hasta los republicanos más románticos soñaban con un número dos llamado Joe Lieberman, candidato a la vicepresidencia con el demócrata Al Gore en el año 2000.

Nada más lejos. La candidatura a la vicepresidencia se escondía en Alaska, Estado en el que Palin gobernaba desde hacía dos años. Llegó sin confeti, pero con todo el ideario conservador debajo del brazo.

Una desconocida

Sarah Palin era consciente de que su nombre no era el esperado. Sin saberlo, ha hecho historia porque ha sido la segunda mujer en alcanzar la candidatura a la vicepresidencia de EEUU, tras el intento de la demócrata Geraldine Ferraro con Walter Mondale en 1984.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

"Sé que cuando el senador McCain me dio esta oportunidad tenía una lista de gente altamente cualificada. Estar en esa lista era un privilegio y ser elegida supone un gran reto". El reto no ha sido otro que equilibrar la balanza y compensar con sus aciertos los fallos de McCain. "Ella es exactamente lo que yo necesito". Es decir, alguien alejado de la vanidad que pulula por Washington y muy cercano a la calle. "Ella no es de Washington", dijo McCain el día de la presentación, pero matizó que Palin le ayudaría "a luchar contra la política manida de ponerse uno primero y el país después".

Lo que McCain quería decir es que la imagen de una Palin alejada de la capital, nacida en una familia de clase media, hija de un profesor de secundaria y una secretaria y con experiencia sindicalista, daba el toque modesto que a él le faltaba y que tanto explotaba el partido demócrata en sus ataques. Barack Obama acusó a McCain, uno de los senadores más ricos gracias a la fortuna de su esposa, de desconocer la situación de crisis económica en la que viven de forma permanente los estadounidenses.

Por eso McCain no quiso obviarlo el día que anunció a Sarah Palin como su mano derecha. "Sabe lo que es preocuparse por la hipoteca, el seguro de salud, el precio de la gasolina y la compra", blandió el candidato republicano como aval de su capacidad de sobrevivir a la crisis.

Y es que a cada 'pero' sobre la candidata, le ha acompañado enseguida un aval. Aunque no siempre por ese orden. En algunas ocasiones, a las virtudes jaleadas por los conservadores le han seguido algunos 'peros'.

Azote del despilfarro público en Alaska, pero con un vestuario que le ha costado 150.000 dólares (117.000 euros) al Partido Republicano. Gancho para el voto femenino, pero totalmente en contra del aborto. Contraria al aborto, pero con una hija adolescente embarazada.

Es la candidata de los contrastes y la única que garantiza sin complejos que los valores tradicionales como el aborto o la libertad de armas no van a quedar en la cuneta de camino a la Casa Blanca.