El líder rebelde Nkunda acepta abrir un proceso de paz en Congo
Tras la reunión con el enviado especial de la ONU, los disidentes están de acuerdo en cesar las hostilidades y negociar con el Gobierno
Kinshasa
Tras semanas de enfrentamientos y con una situación humanitaria alarmante en el este de Congo, el líder de los rebeldes tutsi, Laurent Nkunda, ha dicho que sus soldados respetarán el alto al fuego para alcanzar el fin de las hostilidades con las tropas gubernamentales. Nkunda ha mostrado su disposición a dar un primer paso para abrir negociaciones con el presidente congoleño, Joseph Kabila.
El líder disidente del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) ha dicho que está de acuerdo en abrir un proceso de paz con el Gobierno, así como permitir la existencia de un corredor humanitario para las decenas de miles de desplazados en Kivu Norte.
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El anuncio de Nkunda, que tiene a su mando unos 5.000 soldados tutsi que combaten contra las tropas gubernamentales y de Naciones Unidas (ONU), llega tras la reunión con el ex presidente nigeriano y enviado especial de la ONU para el este de la República Democrática del Congo (RDC), Olusegun Obasanjo, que ayer también se reunió con el presidente Kabila.
Nkunda, general congoleño de etnia tutsi se rebeló el pasado mes de octubre asegurando que los hutus y soldados congoleños habían vuelto a tomar las armas. Este militar disidente creó su propio ejército hace años en respuesta a la convivencia entre el Gobierno y las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas por combatientes hutu ruandeses.
Sobre Nkunda pesan cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad por la Segunda Guerra del Congo, aunque las responsabilidades en el polvorín de la zona salpican a todas las partes. El ejército congoleño, según donde soplen los vientos políticos y de dónde venga el dinero, a veces lucha con las fuerzas tutsi de Nkunda y otras apoya a los combatientes hutu. De esta manera, Nkunda es sólo un elemento más en este rompecabezas africano. El Ejército congoleño, las milicias ruandesas, los Mai-mai... Todos suman atrocidades contra una población que es la verdadera víctima y no ha conocido el descanso de la guerra desde los años noventa.
La fotografía de la República de Congo es catastrófica para los civiles. Más de 250.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos entre las guerrillas tutsi y el Ejército congoleño. El avance de los guerrilleros tutsi ha intensificado los desplazamientos al este del país.