Más del 50% de los ríos de la península no tienen un buen estado ecológico
Expertos en materia hídrica de España y Portugal, reunidos en Vitoria, achacan este hecho a una contaminación o a un empobrecimiento de su fauna y flora acuática
Expertos en materia hídrica de España y Portugal, reunidos en Vitoria, han asegurado que "más de la mitad de los ríos y lagos de la península ibérica presentan un mal estado ecológico", debido a una contaminación o a un empobrecimiento de su fauna y flora acuática.
Esta es una de las conclusiones del VI Congreso Ibérico sobre Gestión y Planificación del Agua, organizado por la Fundación Nueva Cultura del Agua, que se celebra en la capital alavesa desde el pasado día 4 y hasta mañana, día 7.
Los especialistas que se han citado en este foro han coincidido en que existen avances técnicos significativos para la definición del buen estado ecológico que hay que alcanzar.
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No obstante, han alertado del alto porcentaje de ríos y lagos que están contaminados o sufren un deterioro de la vegetación de sus riberas o de su fauna y flora acuática: más del 50 por ciento.
Por otra parte, han apuntado al cambio climático como uno de los factores que ha contribuido a reducir el caudal de los ríos en un 20 por ciento en los últimos 25 años.
Otros factores que han influido son el aumento de los consumos y los cambios en las actividades agrarias y forestales.
El futuro del regadío ha sido también un tema objeto de debate y los expertos han advertido de la que superficie de regadío "no debe aumentar".
Asimismo, han considerado que es necesario un plan de reconversión del regadío y de la agricultura (incorporando el secano).
Por otro lado, han negado que las tarifas de riego cubran los costes de las infraestructuras del agua y han afirmado que, "en ocasiones, el precio pagado no alcanza ni el 20 por ciento de estos costes".
Por ello, han propuesto que se abra un proceso de ajuste de los precios a los costes, con compensaciones iniciales a los agricultores para facilitar la transición.
También han pedido que "el agua que se ahorra en la modernización de los regadíos se destine a la mejora del estado de los ríos y acuíferos, reduciéndose los derechos concesionales de los agricultores, beneficiados por los programas públicos de modernización".
En este sentido, han planteado una reconversión del regadío en el marco de un nuevo modelo de desarrollo rural, que potencie el secano y la defensa de los paisajes, el medio ambiente y la calidad de vida en el mundo rural.
Asimismo, han pedido que se promuevan procesos de participación ciudadana en torno al agua y que se den a conocer a los usuarios los costes ambientales de los servicios del agua, que todavía, en gran parte se desconocen.