EEUU no descarta imputaciones por las torturas de la CIA
El mandatario estadounidense deja en manos del fiscal la decisión de un posible enjuiciamiento de los que autorizaron prácticas como la asfixia simulada
El presidente de EEUU, Barack Obama, dejó la puerta abierta a posibles imputaciones de altos cargos del Gobierno de George W. Bush que autorizaron el empleo de técnicas de interrogación coercitivas contra sospechosos de terrorismo.
Obama reiteró a la prensa su oposición a que se abra un proceso judicial contra los funcionarios de la CIA que aplicaron esas técnicas a los detenidos, pero dejó en manos del Fiscal General la decisión sobre un posible enjuiciamiento de aquellos que autorizaron con argumentos jurídicos prácticas como la asfixia simulada.
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El mandatario estadounidense explicó de nuevo que no cree que "sea apropiado" que se enjuicie a aquellos que ejecutaron algunas de las prácticas coercitivas dentro del marco legal facilitado por los asesores jurídicos de la Casa Blanca.
"Con respecto a aquellos que formularon esas decisiones jurídicas, diría que eso será más una decisión para el Fiscal General dentro de los límites (fijados) de varias leyes y no quiero emitir un juicio anticipado sobre esto", afirmó en declaraciones a la prensa tras su entrevista con el rey Abdalá II de Jordania.
Proceso contra altos cargos
De esta manera, Obama deja en manos del secretario de Justicia, Eric Holder, la decisión sobre la viabilidad jurídica de un posible proceso judicial contra aquellos altos cargos de la Administración del ex presidente George W. Bush implicados en la polémica sobre las torturas practicadas a sospechosos de terrorismo.
No obstante, reiteró que "en general, creo que debemos mirar hacia delante y no hacia atrás".
Por otra parte, el presidente de EEUU se mostró "preocupado" por la politización que se está haciendo de la desclasificación de documentos, en los que se autorizaba emplear la tortura contra detenidos mediante métodos que incluían el uso de insectos en cajas en las que se introducía a los interrogados, la privación del sueño, la asfixia simulada y el estampar al sospechoso contra paredes.
"Me preocupa que esto llegue a ser tan politizado que no podamos funcionar eficazmente y que dificulte nuestra capacidad de llevar a cabo operaciones de seguridad nacional críticas" para el país, dijo.
La decisión de sacar esos documentos a la luz ha sido objeto de controversia, y ha sido duramente criticada por el ex director de la CIA Michael Hayden y el ex vicepresidente Dick Cheney.
Los que se oponen a la desclasificación de este tipo de documentos acusan a Obama de comprometer la seguridad nacional y de revelar a los enemigos valiosa información sobre los interrogatorios a los detenidos sospechosos de terrorismo.