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Qué fue de... Tsartas

Futbolista introvertido, de pocos amigos, pero que dejó una imborrable huella en el Sevilla

Tsartas con la camiseta del AEK de Atenas y con la del Sevilla

Tsartas, nacido el 12 de noviembre de 1972, se caracterizó sobre todo por su carácter que le ayudaba dentro del terreno de juego a ver el fútbol como el resto no lo veía.

La calidad que atesoraba le convirtió durante muchos años en uno de los pilares del Sevilla, equipo con el que logró el ascenso aunque fue cuando abandonó el club hispalense, cuando consiguió el mayor logro de su carrera deportiva, la Eurocopa de 2004 en Portugal, con la selección de Grecia.

Con España siempre en el punto de mira

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Desde luego la música traspasa fronteras. Pero seguro que una estrella internacional como Julio Iglesias no podía imaginar que en una isla con tanta historia, en medio del Mediterráneo como es Grecia, había un niño que pasaba horas y horas escuchando sus canciones. Quizá las referencias que la música le daba de nuestro país le hizo soñar de pequeño con que algún día viajaría a España. Lo que seguramente no espera el pequeño Vassilis Tsartas es que lo haría como futbolista.

Apuntaba maneras. Desde sus inicios en el fútbol, todos los que jugaban con él se dieron cuenta de que tenía algo especial. Siempre fue una persona fría, lo que dentro del terreno de juego le hacía saber en cada momento lo que tenía que hacer, el último pase que debía dar o cuándo debía rematar a puerta con esa zurda prodigiosa. Así llegó a convertirse en futbolista profesional. En 1989 fichó por el Naousa, equipo en el que estuvo cuatro años. Fue entonces cuando su calidad hizo que se fijara en él uno de los equipos punteros de su país: el AEK de Atenas, club por el que fichó en la temporada 93-94. En el equipo griego siguió perfeccionando su zurda, sobre todo en los lanzamientos de faltas. Y se convirtió en uno de los mediapuntas más destacados en el país Heleno.

Era evidente que su toque y su buen juego le iban a llevar fuera de su país y así fue. En 1996 el Sevilla llama a su puerta y él no rechaza el reto.

Un lanzador infalible

Sabía de España por la música pero realmente, como él mismo dijo en una entrevista, no sabía situar Sevilla en un mapa. Era un desafío difícil para él y que sólo compartió con su mujer. Nadie más sabía que su destino estaba en nuestro país. Sus primeros meses en el club hispalense no pudieron ser peores. Su primer entrenador fue José Antonio Camacho. El murciano apenas contó con él en esta, su primera temporada. Lo mejor vino al final coincidiendo con la marcha del entrenador y la llegada al banquillo de Julián Rubio, que le dio más oportunidades. Pero sin duda, sus momentos más felices y brillantes llegaron con Marcos Alonso. El entrenador le dio confianza desde el principio y el griego lo reflejaba en el campo.

De nuevo destacaban sus habilidades, sobre todo en los lanzamientos directos donde llegó a convertirse en todo un experto. Muchos porteros sufrieron la zurda de Tsartas, como el día que hizo tres dianas ante el Leganés de Catanha y Samuel Eto'o.

Sin embargo, la afición sevillista le recuerda por ser uno de los héroes que consiguió el ascenso del club andaluz a la categoría reina de la Liga española en la temporada 98/99. Ese día el Sevilla se enfrentaba al Villarreal con la vista puesta en Primera y el griego no defraudó. Tsartas, con Palop en la portería contraria, hizo dos goles para su equipo dejando así la eliminatoria de promoción casi sentenciada. El partido de Nervión fue mero trámite y un gol de Quevedo, a pase de Tsartas, situaba a los andaluces de nuevo en el lugar que les correspondía: la Primera División de la Liga española.

Una marcha que nadie esperaba

El sueño de muchos sevillanos se veía cumplido con el ascenso de su equipo, pero, en ocasiones, los sueños se pueden convertir en pesadillas.

Las cosas no fueron todo lo bien que se esperaba y ese mismo año, el Sevilla bajó de nuevo de categoría y con esto resurgen los problemas. El club, que por aquél entonces ya pasaba apuros económicos, ve empeorada su situación y decide prescindir de algunas de sus estrellas como Marchena o Jesuli, y entre los cuales también estaba incluido el propio Tsartas. Así, en el año 2000, el griego pone rumbo a su lugar de origen y ficha de nuevo por el AEK de Atenas donde consigue la Copa Griega en el año 2002.

Importante también con la selección

Por su puesto los logros deportivos de Tsartas no pasaban desapercibidos en su país y si en sus equipos era un pilar fundamental, también lo fue en la selección griega. Los helenos nunca habían llegado a lo más alto en una competición internacional pero el esfuerzo y el tesón les dieron el premio en la Europa de 2004. Torneo que curiosamente empezó y terminó con el mismo partido. Enfrentando a los anfitriones, los portugueses con Cristiano Ronaldo y Figo contra la Grecia de Tsartas.

Nuestro protagonista se convirtió en uno de los destacados de su selección maravillando sobre todo por la calidad y el toque que atesora. Ese fue, sin duda, el mayor logro de aquél niño que en su juventud escuchaba las canciones de Julio Iglesias, de Vassilis Tsartas.

Tres años después de conquistar la Eurocopa pone punto y final a una larga carrera deportivo pero, como no podía ser de otra manera, sigue ligado al mundo del fútbol buscando nuevos talentos. En Sevilla todavía le recuerdan como uno de los ídolos en la historia del club y muchos, a día de hoy, se preguntan dónde podría llegar este equipo si a los Kanouté, Diego Capel o Luís Fabiano se les uniera el talento de un futbolista frio, que no tenía muchos amigos, pero que veía el fútbol como nadie y guardaba gran parte de su calidad en la pierna izquierda.

 
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