Una empresa de Tokio alquila familia y amigos falsos para bodas | 09-06-2009
Por unos 143 euros una persona asiste a la ceremonia. Por 35 euros extra puede cantar o bailar. Si pagas otros 75 euros hace un discurso que te hará sentir orgulloso
Es la temporada matrimonial en Japón, pero en lugar de optar por una celebración sencilla en tiempos difíciles, las parejas pueden alquilar familia falsa, amigos y colegas para inflar la lista de invitados. Mucha gente en Japón ve las bodas como una celebración formal a la que tiene que asistir tanta gente como sea posible entre familia, amigos y compañeros de trabajo. ¿Pero qué pasa si no tienes a nadie que vaya?
"Nosotros vamos a la boda como tu amigo en lugar de tu amigo", dijo Hiroshi Mizutani, que dirige Office Agents en Tokio, una compañía que alquila invitados.
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"De repente puede haber un invitado que no pueda ir. O estás preocupado por la diferencia que hay entre la lista de invitados de tu pareja y la tuya. O hay muchos trabajadores temporales ahora y puede no gustarles invitar al jefe", añadió.
Cada vez más frecuente
Con la llegada de la crisis a Japón, Mizutani dijo que aumentan las peticiones de sustitución de compañeros de trabajo y que los clientes buscan a un jefe falso, que en realidad puede que esté demasiado ocupado para asistir tras perder su trabajo, o compañeros contratados temporalmente que nadie conoce dado que cambian de lugar a menudo.
En una boda, los 30 familiares, amigos y compañeros de trabajo del novio eran falsos, explicó Mizutani. Era la segunda boda del novio y no quería invitar a las mismas personas que habían asistido a la primera.
La empresa tiene alrededor de 100 compromisos para bodas al año y cuenta con 1.000 sustitutos para diferentes ocasiones, incluidos funerales y seminarios de aprendizaje.
Incluso ofrece novios falsos para presentarlos a la familia y sustitutas de secretarias para parecer importante. Lo que caracteriza a los trabajadores de Office Agents es que no destacan. A veces no se da cuenta ni la pareja del que contrata el servicio.
"La gente es orgullosa y no quiere explicar a su pareja que no tiene muchos amigos", afirmó Mizutani. "El ambiente es tal que la gente no tiene a nadie a quien invitar. Puede que se sientan solos y también puede ser que la manera de trabajar de las personas esté cambiando", añadió.