Dos concejales del Partido Popular que denunciaron casos de corrupción en el ayuntamiento madrileño de Torrelodones ante el Secretario General del PP en Madrid Francisco Granados, fueron espiados en el verano de 2006. La Cadena SER ha tenido acceso a ambos dossieres que incluyen numerosas fotografías de uno de los concejales con su hija menor, un seguimiento exhaustivo con turnos de vigilancia en la puerta de su domicilio durante nueve días o revelaciones de sus entidades bancarias y movimientos de saldo. Ambos políticos fueron expulsados del PP meses más tarde. Los seguimientos comienzan días después de que les quitaran sus competencias como concejales del PP en el ayuntamiento madrileño de Torrelodones tras pedir de manera interna al partido que investigara diversos casos de corrupción en el municipio. Las supuestas irregularidades implicaban principalmente al diputado nacional y secretario local del PP Mario Mingo además del actual alcalde, Carlos Galbeño. La vida corriente de dos concejales díscolos Ninguno de los dos informes contiene grandes revelaciones, pero sí copiosa información sobre su vida privada o de sus cuentas bancarias, por ejemplo. El dossier del entonces concejal de Juventud, Jesús María Pacios incluye numerosas fotografías con su hija menor en el cine, la calle, o en el parque junto a su pareja. El concejal tuvo durante al menos 9 días un equipo de vigilancia en la puerta de su domicilio que le siguió y registró por escrito todos sus movimientos entre el 1 y el 9 de agosto. En el caso de la concejala de Cultura y Educación, Reyes Tintó, no hay seguimientos pero el dossier incluye un informe del patrimonio de su marido y familiares directos. La investigación revela hasta tres entidades bancarias, y saldos de los movimientos de cuenta de la concejal. Con cantidades, número de cuenta y cifra exacta de sus ahorros. Otro seguimiento, por el tiempo que le dedican de menor relevancia, es al que fue sometida Maria Luisa Alcanda, la esposa del arquitecto municipal. El fin del encargo, según se lee en el encabezamiento de los informes, es determinar la situación económica de ambos, sus movimientos, lugares visitados y personas con las que se relacionaban. Los dossieres se entregaron el 7 de septiembre. Hasta esa fecha ambos concejales se habían reunido varias veces con el secretario general del PP en Madrid Francisco Granados, en Génova y en Presidencia. Semanas después los concejales fueron expulsados del PP sin que se abriera la investigación por corrupción que habían solicitado dentro del Partido Popular. Torrelodones, un caso dormido de presunta corrupción El verano de 2006 fue una sucesión de noticias en torno a los dos concejales espiados, que decidieron romper la disciplina de voto y poner en conocimiento de su partido lo que consideraban comportamientos ilícitos por parte de algunos compañeros de corporación. Entonces y ahora, en las entrevistas que acompañan a esta información, denunciaron acoso y amenazas más o menos veladas procedentes del entorno del PP. El asunto también se denunció ante la fiscalía anticorrupción y la propia Esperanza Aguirre tuvo conocimiento directo del caso. Ahora la crisis económica ha ralentizado lo que parece ser el centro de este oscuro caso de espionaje y presunta corrupción política: la expansión en suelo rústico protegido de esta localidad de la zona oeste de Madrid, una de las zonas residenciales más cotizadas entre la salida por la A 6 y el monte de El Pardo. Los concejales espiados residen todavía en Torrelodones, aunque como ellos mismos relatan tienen que soportar día a día la marginación de sus viejos compañeros de partido. Algunos vecinos de la localidad que se implicaron directamente en la denuncian de lo que consideraban una destrucción del entorno natural del pueblo tuvieron que irse, «hartos de amenazas y de agresiones continuas sobre sus bienes», tal y como recuerdan tres años después. Fuentes consultadas por la cadena SER sostienen que la vigilancia a quienes denunciaron las operaciones urbanísticas en Torrelodones no termina en estos dos ex concejales. Otros personajes de la localidad, claves para que los planes de expansión urbanística salieran adelante sin problemas, también tienen sus vidas privadas, sus domicilios, qué hacen sus hijos o los trabajadores de sus empresas resumidas en un informe de espías a sueldo.