Un millar de chinos de la etnia han desafían a los antidisturbios en el centro de Urumqi
La mayoría de la población no quiere salir a la calle por miedo.- El presidente Hu Jintao abandona la cumbre del G-8 en Italia ante la tensión creciente
Más de 140 personas han muerto en China y otras 816 han resultado heridas en los disturbios que se han producido entre la policía y la minoría étnica musulmana uigur al oeste del país.Las protestas, en las que han participado entre 1000 y 3000 personas, han tenido lugar en la región de Xinjiang, al este del país. La minoría musulmana denuncia la represión religiosa y cultural impuesta por el Partido Comunista Chino. / VNEWS
Un millar de chinos de la etnia han se han manifestado en Urumqi, capital de la región de Xinjiang, y han desafiado a los antidisturbios desplegados para evitar cualquier protesta como la de los días pasados, que acabó con la vida de al menos 156 personas. El presidente chino, Hu Jintao, abandonó la cumbre del G-8 que se celebra en Italia hasta el viernes. La creciente oleada de disturbios entre las etnias han y uigur, ha obligado al mandatario a retirarse de la reunión en L'Aquila entre las grandes potencias económicas del mundo.
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La Policía y el Ejército ha respondido con la detención de varios presuntos cabecillas a los choques entre la multitud. Los manifestantes han clamado que los pusieran en libertad. La situación es tan preocupante, 1.080 personas están heridas y otras 1.434 han sido arrestadas, que el presidente chino, Hu Jintao, ha decidido regresar de Italia, donde tenía previsto participar en la cumbre del G-8.
La tensión entre las etnias han y uigur está presente en cada calle de Urumqi. "Tenemos miedo de ir a cualquier parte. Hacer cosas normales se convierte en aterrador", ha explicado un hombre de unos 50 años.
Grupos de chinos de etnia han rodeaban a los periodistas que se han desplazado a la zona para expresar su rabia por la actuación policial, ya que tanto ellos como los uigures se quejan de la persecución a la que están siendo sometidos y se culpan mutuamente de las víctimas que han dejado los sucesos violentos.
El propietario de una tienda en el centro, de etnia han, ha asegurado que quiere seguir protestando, aunque ha admitido que la fuerte presencia de la Policía y el Ejército hace que se le quiten las ganas. En su opinión, "los uigures son unos mimados como los pandas" porque "cuando roban, violan o matan se salen con la suya". "Si los han hicieran lo mismo seríamos ejecutados", ha lamentado.
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