Francia retiene a un pesquero cántabro
El pesquero cántabro "Madre Lita", con base en el puerto de Santoña, permanece retenido en Francia tras ser apresado al detectarse posibles irregularidades en la declaración de sus capturas, ya que el diario de pesca no estaba actualizado cuando las autoridades francesas inspeccionaron la embarcación.
El barco, que faenaba en la costera del bonito, ha sido trasladado al puerto de La Rochelle y las capturas han sido decomisadas, informaron a Europa Press fuentes de la Secretaría General de Pesca Marítima del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
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Al parecer, la embarcación fue apresada sobre las doce de la noche de ayer martes a unas 12 millas de la costa francesa, según comentó el presidente del PP cántabro, Ignacio Diego, que ha conversado telefónicamente con el patrón del barco y con algunos familiares.
Diego explicó que el problema se debe a que al realizar las autoridades francesas una inspección del buque hallaron en la bodega 100 bonitos que no estaban registrados en el diario de pesca, ya que la tripulación acababa de capturarlos y se fue a dormir sin incorporar los datos al registro.
El Gobierno de Cantabria, por su parte, asegura que la versión que ha recibido de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria apunta a que el problema sería que se registraron las capturas en peso, pero no en número de ejemplares.
El director general de Pesca del Gobierno cántabro, Fernando Torrontegui, tuvo conocimiento de los hechos esta mañana a través de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria y entonces se puso en contacto con la Secretaría General de Pesca Marítima del Ministerio.
En el MARM le confirmaron los datos que tenían por la caja azul y le explicaron que las autoridades francesas habían pedido a España que informara si el "Madre Lita" estaba autorizado para la costera del bonito, extremo que fue ratificado desde el Ministerio. Por su parte, las autoridades españolas solicitaron a Francia que explicara el motivo del apresamiento. En estos casos, las autoridades francesas es abrir la correspondiente investigación y, en su caso, fijar una fianza para que el barco pueda abandonar el puerto francés.
