Primero fueron los bolivianos sin papeles los que denunciaron el acoso policial en el metro y los lugares frecuentados por este colectivo. Después les ha tocado el turno a los paraguayos que denuncian maltrato en los aeropuertos y centros de Internamiento. Joaquín Ojopi, de 45, años llegó a España hacetres años. Su hermano, Mario y su cuñada Estela habían venido un año antes en busca de trabajo. Ambos hermanos trabajaban en la construcción antes de quedarse sin empleo el año pasado. A su temor de no tener un trabajo y con las facturas acumulándose se sumó la detención y expulsión de Mario, hace tres meses. «Lo detuvieron en el metro cuando volvía de buscar trabajo y de ahí se lo llevaron a Aluche», relata Joaquín con la voz entrecortada. Con el temor de que los detuvieran también, sólo fueron a verle un par de veces y después éste les llamó directamente desde su país. Carla, es otra paraguaya que emigró a España hace un par de años. Le costó encontrar trabajo porque notenía papeles. «Ando con miedo por la calle y trato de salir lo menos posible porque me han dicho que están deportando a muchos compatriotas», señala con el rostro asustado. Irma Pérez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Paraguayos residentes en España (FAPRE ha denunciado recientemente ante el Ministerio de Exteriores de su país la persecución que están sufriendo los paraguayos en territorio español. Incluso ha denunciado que en los Centros de Internamiento de Extranjeroshan llegado al punto de poner camisas de fuerza a los detenidos. «Están siendo torturados psicológicamente. Los golpean y maltratan en los aeropuertos sólo por no tener papales», denuncia la responsable quien ha aclarado que sigue los casos de vejaciones desde hace nueve meses. Aunque el ministerio de Exteriores paraguayo, Héctor Lacognata, ha transmitido su queja directamente al embajador español en Asunción Miguen Angel Cortizo, las asociaciones de inmigrantes han pedido que se haga presente en Madrid para hablar con su homólogo español sobre este problema. «Lo de las redadas en las calles -denunciada por organizaciones sociales- no es veraz. ¿Qué necesidad tiene la Policía de hacer redadas cuando hay 47.000 ciudadanos irregulares que están censados, con sus nombres, su dirección, su teléfono? No habría más que ir a los domicilios a buscarlos», ha señalado Cortizo a los medios de comunicación en Paraguay. La representante de los inmigrantes paraguayosconsidera que el gobierno español no está haciendo lo necesario para solucionar el problema y que es mejor que el canciller paraguayo zanje el asunto en Madrid. Lacognata llega la primera semana de septiembre a España para hablar con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, sobre el supuesto «maltrato», según ha informado fuentes dela embajada paraguaya en Madrid. «Porque un embajador no puede negociar en las mismas condiciones que un ministro», apunta Pérez al hacer referencia a la reunión que tuvo el canciller paraguayo con el embajador español. Una migración nueva Una de las razones para esta persecución, según Pérez, es que sólo el 18% de los más de 150.000 paraguayos que viven en España, tienen permiso de residencia, es decir, aproximadamente 28.000. Eso los convierte en un blanco fácil para los controles de la policía. La causa inicial para que existan tantos paraguayos indocumentados es que, al igual que sucede con los nacionales de países como Argentina, a los ciudadanos de Paraguay se les permite viajar a España sin necesidad de obtener para ello un visado. Es por eso que su población se ha triplicado en los últimos cinco años. Los perseguidos y las denuncias Paraguay se suma a una larga lista de países de Latinoamérica y de África que se quejan por el trato que reciben al tratar de entrar en España de forma irregular. El supuesto maltrato a extranjeros tanto en la sala de inadmitidos del Aeropuerto de Barajas como en los procedimientos de expulsión ha traído denuncias de Bolivia, Ecuador,Chile, Brasil. En una nota oficial Paraguay asegura que denunciará esta situación en la próxima reunión de alto nivel sobre migraciones con la Unión Europea. Algunos casos, como el de Brasil que ocurrió hace un año y que precisó la intervención del propio presidente Ignacio Lula da silva y de Jose luis Rodriguez Zapatero para rebajar el roce diplomático.