Obama aseugura que "es el momento de pasar a la acción" con la reforma sanitaria
El presidente de EEUU detalla en el Congreso su proyecto estrella.- Implicaría extender la cobertura a unos 46 millones de habitantes sin seguro médico
El Congreso estadounidense ha sido el último escenario en el que el presidente Barack Obama ha recordado la necesidad de sacar adelante su ambicioso programa sanitario. La reforma de la sanidad estadounidense, convertida en la prioridad nacional de Obama, implicaría el recorte de costes y la expansión de la cobertura a unos 46 millones de habitantes que no tienen seguro, según informaciones de la CNN. Mientras el gasto y el déficit del Gobierno ascienden debido a la necesidad de afrontar la peor crisis económica desde la Gran Depresión y las guerras heredadas en Afganistán e Irak, los críticos de la propuesta dicen que la reforma son demasiado costosas.
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La reforma tiene tres objetivos, según ha detalaldo el presidnente: suministrar un seguro a los que no pueden permitírselo, dar mayor seguridad y estabilidad a los que ya lo tienen y reducir los costes sanitarios para las familias, a las empresas y al Gobierno. Quieren que todos tengan seguro y que quienes puedan pagarlo, lo paguen igual que quienes tienen un seguro para el coche.
Primero la explicación y después su discurso más cercano al de campaña, aquel con el que pretende movilizar a republicanos y compañeros demócratas. A unos y otros les ha metido prisa y les ha anunciado que ha "llegado el momento de aprobar la reforma". De conseguir el respaldo necesitado, Ha asegurado que cambiará drásticamente el sistema sanitario norteamericano y el mercado de seguros. "Nadie irá a la bancarrota por ponerse enfermo", ha explicado ante los congresistas.
A continuación ha enumerado una serie de propuestas que beneficiarán tanto a los que tienen seguro como a los que no y ha dejado claro que tan pronto como firme el proyecto, las compañías de seguros tendrán prohibido por ley retirar la asistencia médica a quienes no puedan costearla.
Obama ha sido duramente criticado por centrar su política de los últimos meses en la aprobación de su programa, al cual ha hecho en referencia en mítines y apariciones públicas de diversa índole. Con su insistencia podría provocar una división en el seno de su partido sobre cómo poner en marcha un programa que supondría un desembolso inicial de 2,5 billones de dólares.
Dado que los demócratas cuentan con la mayoría necesaria en el Congreso, su propuesta podría salir adelante si sus diputados votan en bloque. No obstante, el objetivo del mandatario es conseguir el respaldo de los republicanos, aunque la Casa Blanca ha manifestado su intención de preparar un plan alternativo si no cuenta con el apoyo del bando contrario.