El desafío de Francisco Camps siembra el malestar en algunos sectores del PP

Madrid

Algunos sectores de la dirección del PP están molestos con el desafío que ayer lanzó Francisco Camps desde Valencia. Su advertencia entrelíneas a Mariano a Rajoy de que sin la Comunidad Valenciana no llegará a la Moncloa parece haber descolocado a más de uno. La número dos de Rajoy, mantenía por la mañana un discurso más bien duro: "Quien haya hecho lo que no debe no estará en el partido". Sin embargo, por la tarde, ha cambiado las advertencias por el silencio. Hasta en cuatro ocasiones se ha negado a contestar a las preguntas de los periodistas en un acto en Toledo.

La actitud de silencio de De Cospedal se suma a la que ha mostrado esta mañana el propio líder del grupo popular, Mariano Rajoy. Ante la situación delicada de su partido en Valencia debido al caso Gürtel y el misil que ayer le envió Camps, al decirle que sin Valencia no conseguiría llegar a La Moncloa, Rajoy prefiere cerrar filas. Rechaza abrir una guerra con la dirección del PP Valenciano, trata de evitar una espiral de declaraciones y mantiene su respaldo a Francisco Camps.

En Génova y, frente a lo sostenido por Ricardo Costa, insisten en reclamar contundencia y un cortafuegos para evitar que la vertiente valenciana monopolice la agenda de Rajoy como ocurrió en verano hasta que dimitió Luis Bárcenas. Los sectores más críticos hablan de pulso en toda regla y recuerdan que no sólo Camps, sino también Antonio Basagoiti, se han revelado contra Madrid. Basagoiti planteó a los dirigentes de Madrid a presentarse ellos a las elecciones en Euskadi si se oponen al blindaje del concierto económico.

Silencio y evasivas

Cuando al líder del PP, Mariano Rajoy, le han preguntado si cree que habrá dimisiones en el seno de su partido en Valencia, ha respondido por la tangente y se ha referido al apoyo de la ciudad a la candidatura plímpica. "En Valencia, yo creo que, como todos los españoles, están apoyando la candidatura de Madrid 2016 y creo que se van a llevar una alegría también como todos", ha replicado para atajar un asunto espinoso.

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Camps insinuó a Rajoy que sin él, tendría complicado ganar unas elecciones. Fue su forma de neutralizar las exigencias de Génova al PP de Valencia, que le pedían "medidas contundentes" para frenar el caso Gürtel. Pero Rajoy no es el único que no responde. A esa actitud se ha sumado su número dos, María Dolores de Cospedal. Antes de guardar silencio remitió un telegrama a sus compañeros del PP valenciano desde la televisión Veo 7, propiedad de El Mundo. "En mi partido, quien haya hecho cosas que no se tienen que hacer, no estará en mi partido", dijo antes de que su estrategia cambiara para decantarse por el silencio.

Los periodistas le han preguntado a De Cospedal hasta en cuatro ocasiones por el caso Gürtel, por Camps y por el informe policial que descubre la trama de financiación ilegal del PP en la Comunidad Valenciana. "Ya he dicho todo lo que tenía que decir", ha zanjado Cospedal.

De Cospedal, al igual que Rajoy, no quiere contribuir a ensanchar la grieta entre Madrid y Valencia. Tal disputa no facilita la labor de oposición del partido que, en lugar de ejercer su discurso crítico contra el Gobierno en su afán por salir de la crisis económica, se ve obligado a responder a las cuestiones que afectan a sus asuntos más turbios.