El armador del Alakrana temió por sus vidas "desde el primer día hasta el último segundo"
Kepa Etxeberría califica de "desgracia" tener que trabajar en los caladeros de atún del Índico.- Asegura que la seguridad privada incoporada por la flota francesa les permite repeler todos los ataques
Con 33 años, Kepa lidera una empresa de Bermeo que puso en marcha su abuelo. Uno de los pioneros de la pesca del atún en los caladeros del Índico no podía imaginar que su nieto se convertiría en pieza clave en la liberación de 36 marineros retenidos durante 47 días por unos piratas a bordo del Alakrana. "Terroristas", "fríos", "sin sentimientos", "sin humanidad" han sido los calificativos de las voces que pendían al otro lado del teléfono. Kepa ha confesado que temió por la vida de sus hombres "desde el primer día hasta el último segundo" de la negociación. Tras un secuestro que ha mantenido en vilo a la sociedad española durante casi dos meses, Kepa aún no sabe cómo se encuentra. Lo único que tiene claro es que, "por desgracia", se tiene que quedar "aquí" y el "aquí" para él y sus barcos significa "Índico".
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Pregunta: Por fin se acabó la pesadilla.
Respuesta: Sí, por fin, por fin. Porque ha sido más largo... Parecía que no iba a terminar nunca, pero finalmente ha terminado y... encantado de la vida. Se ha logrado el objetivo que era que las 36 personas que estaban ahí embarcadas volviesen sanas y salvas.
P.: ¿Cómo ha sido el reencuentro con la tripulación?
R.: Superemotivo. Ha sido lo peor, porque me he venido yo también un poquito abajo, me he emocionado muchísimo al verles y bueno, pues ya han caído unas cuantas lágrimas.
P.: ¿Tú les conoces a todos uno por uno?
R.: Sí, les conozco a todos porque hace un año y medio o dos estuve embarcado en el barco durante casi un mes y estuve conviviendo con ellos y les conozco como amigos muy cercanos.
P.: ¿Tienen ganas de contar o de pasar página?
R.: Yo creo que un poco de los dos. Tenían ganas de contar cositas, luego se emocionaban, lloraban un poquito... Luego había otros que se reservaban más a la hora de contar, que querían pasar página y venir a casa, relajarse, cogerse unos días con su familia. Volver un poco a la vida de ellos, la vida del anonimato. No están acostumbrados a esto...
P.: ...a estar con el foco puesto encima... ¿Han sufrido, supongo?
R.: Pues sí, muchísimo, porque se pasaban bastante los piratas con ellos. Muchas vejaciones, malos tratos, hasta el punto de que ha habido gente que ha estado amarrada en el barco. Se han vivido situaciones duras porque esta gente son auténticos terroristas profesionales.
P.: ¿Son gente fuerte, la gente del mar, la gente del barco?
R.: Sí, a mi no me hubiese gustado verme en esa situación, porque no lo hubiese hecho ni la mitad de bien que ellos.
P.: ¿Y tú cómo estás?
R.: Pues yo... Bueno... No sé realmente cómo estoy, si estoy bien, si estoy mal, si estoy regular... Tengo sentimientos contrarios. Ahora mismo estoy supercontento, porque han vuelto todos, han vuelto bien, ha sido largo pero gracias a Dios han vuelto todos bien a casa. También estoy un poco triste porque después de tanto tiempo siguiendo el tema muy de cerca, cuando el Alakrana ha partido, ha dejado 12 o 13 barcos ahí secuestrados. Y cada barco tiene su drama. En nuestro caso, nos acercamos a un barco de bandera ucraniana que lleva siete meses secuestrado y la situación a bordo es una auténtica tragedia, hasta el punto de que había una mujer que estaba embarazada a bordo y ha tenido un aborto, ha perdido el hijo, está con unas infecciones tremendas... Y para que veas un poco el perfil de esta gente, nosotros cuando ya sabíamos que nos íbamos a ir, yo hablé con el negociador y el patrón nuestro, y preparamos un pequeño kit de primeros auxilios con antibióticos y algunas medicinas y les pedimos por favor que se lo hiciesen llegar a la chica esta. Al final los cogieron y, cuando estaban saliendo del barco, los tiraron por la cubierta, en plan recochineo.
P.: ¿Cómo fue la negociación?
R.: La negociación ha sido larga, complicada, por el tema de comunicaciones con Somalia. El negociador hablaba un inglés horroroso y bueno... un desastre. No es agradable hablar con esa gente porque se te revolvían las tripas cada vez que hablabas con él.
P.: ¿Cómo eran ellos?
R.: Muy fríos. Sin sentimientos, sin humanidad, van a lo que van y hacen lo que sea por llegar a su objetivo.
P.: ¿Temías por la integridad de los tripulantes del Alakrana en algún momento?
R.: Desde el primer día hasta el último segundo. Así de claro te lo digo. Con esa gente nunca sabes cómo pueden reaccionar. Estaban muy drogados. Un mero accidente, ya es que quisieran hacerlos pero estaban todo el día drogados, tomando el Khat éste, bebiendo alcohol, con el armamento, continuamente peleándose entre ellos. Entonces, en cualquier momento, podía haber un accidente a bordo. No suele ser lo normal, porque si pasa esto, se les derrumba el negocio, pero puede pasar. Y por supuesto que he tenido miedo por mi gente que estaba a bordo.
P.: ¿Has podido hablar regularmente con ellos, con el patrón?
R.: ¡Qué va! Cuando les daba el viento a ellos. Igual un día hablábamos, otro día también, y luego había silencios y no sabíamos por qué y no se hablaba. No sabíamos pero sólo se hablaba cuando ellos querían.
P.: ¿El papel del embajador ha sido crucial en todo esto?
R.: Bueno. Yo, casualmente me encontraba en Tanzania porque estaba de vacaciones y rápidamente cuando me enteré del suceso, me fui a la embajada de España en Kenia. Siempre he tenido muy claro que la solución de este problema pasaría por Nairobi y por Nicolás Martín Pinto y su equipo diplomático, tanto Sergio Carranza como Bruno García.
P.: Y ¿su papel ha sido determinante en esta negociación?
R.: Bueno, sabemos que ya tiene experiencia en el tema este, no es la primera vez que lo hace. Lo hizo con el Bakio, lo hizo con la de Médicos y luego con el fotógrafo también. Y lo hizo con nosotros también. Es una persona que lleva mucho tiempo en África, una persona que conoce un poco cómo funciona Somalia, ha estado bastantes veces en el terreno, en Somalia y ha sido determinante, la verdad.
P.: Los dos piratas detenidos en España, ¿siempre han estado presentes en la negociación?
R.: Sí, ellos siempre lo han sacado, pero lo que está claro es que no ha sido como han dicho ellos, condición sine qua non, porque sino, a día de hoy aún estaríamos allí.
P.: ¿En qué tono lo sacaban ellos?
R.: Pues, oye, que tienen que volver nuestros compatriotas para aquí.
P.: La semana que viene el juez Pedraz va a ir a Bermeo a tomar declaración a los secuestrados, también a ti. No sé si a ti te preocupa esta cita.
R.: ¿A Bermeo? Pues no tengo constancia de esto.
P.: Pues el juez Pedraz va a ir a Bermeo para investigar el pago del rescate y va a hablar con los marineros y creo que contigo también, no te lo aseguro, pero con los marineros sí que va a hablar. ¿Es inevitable pagar un rescate en una circunstancia como esta?
R.: Yo, en principio, como te decía, no tengo constancia de esto. Creo que los marineros tienen que ir a declarar a Guernica, los vascos, y a Vigo, los gallegos. Pero no sé qué tipo de declaración le tomarán, de qué tipo o qué hablarán... A mí no me ha citado.
P.: El pago del rescate, te preguntaba ¿es inevitable llegar a esto?
R.: Pues, de este tema no me gustaría hablar porque no me siento cómodo hablando de este tema.
P.: Y ya por la parte más personal. Tú me decías que estabas de vacaciones en Tanzania y creo que llegaste con fiebre a Kenia, te encontrabas mal, ¿no?
R.: Sí, llevaba tres o cuatro años con la ilusión de ascender al Kilimanjaro. Entonces fui con unos amigos, lo teníamos bastante preparado ya y tuve la mala suerte de que, antes de salir, me puse un poco enfermo. Pero como estaba todo preparado, pues adelante.
P.: Kepa, quien se lo iba a decir a tu abuelo cuando fundó la empresa que hablaríamos de piratería unos años después.
R.: No se lo creería.
P.: Parece como sacado de libros, algo impensable. ¿Qué vais a hacer a partir de ahora? ¿Vais a seguir faenando en el Índico?
R.: Esta es lo complicado de nuestra empresa. Nosotros tenemos unos derechos en el océano Índico y es que no tenemos derechos ni licencias ni cupos en otros océanos. O sea que aquí nos tenemos que quedar. Por desgracia, porque si no, hacía ya tiempo que nos habríamos ido de aquí.
P.: Lo que pasa es que ahora habrá que ser mucho más cuidadoso con el perímetro de seguridad.
R.: Se ha hablado mucho de este tema. Igual el patrón es el que sabe más esto. No sé cómo explicártelo, pero sin entrar a valorar si hubiese o habría ese perímetro, lo que está claro es que ese perímetro empezaba en el dos norte y Seychelles está en el cuatro sur. Como los barcos tampoco pueden estar en la mar eternamente sin ir a por gasoil, a por comida, sin que las tripulaciones vayan a casa y, como no vuelan, pues tenemos ahí seis grados que tenemos que pasar por ellos. Y ¿qué pasa? Que un barco, por ir a puerto a hacer consumo de gasoil, a hacer un cambio de tripulación ¿está saliendo del perímetro de seguridad? Pues no sé si te he respondido a la pregunta.
P.: ¿Crees que la seguridad privada a bordo os da garantías o es insuficiente?
R.: Ahora estamos mejor, la verdad, estamos mejor. Los franceses empezaron con este tema y les ha ido muy bien. Siempre que han sufrido un ataque, a día de hoy, el 100% de las veces lo han repelido. Entonces, bastante mejor, pero indudablemente, los organismos internacionales tienen que tomar cartas en el asunto porque este tema está afectando a todo el océano Índico y hay que meter mano en Somalia porque está desmadrado el tema.
P.: Kepa, 33 años al frente de la empresa que puso en marcha tu abuelo, supongo que durante estos 47 días que ha durado el secuestro, más de una vez habrás pensado, ¿por qué a mí?
R.: Pues sí y hasta he pensado dejar el cargo porque es lo que te decía antes. Nosotros, por desgracia, tenemos que seguir aquí trabajando. Y es que, ésta ha sido la primera, pero es que yo lo que no puedo vivir desde 33 años hasta jubilarme es con esta cosa dentro del cuerpo, que no sabes si mañana te van a apresar otro barco. Yo creo que igual me lo pienso mejor y me quedo, pero no sé, ya veremos...
P.: De todas formas, para que tengas constancia de que la gente que iba a bordo de ese barco, a ti te quiere, hay unas declaraciones del patrón del barco cuando bajaba, que decía: "Yo este viaje ya no lo quería hacer y lo he hecho por el armador, que es un chaval joven, por ayudarle". Eso está bien, ¿no Kepa?
R.: Sí, me han llegado al alma las palabras esas. No lo sabía que lo había dicho. Claro, es que él empezó a trabajar con mi padre también. Era de cubierta, marinero, pasó a contramaestre y luego acabó siendo el número uno en el océano Índico, a mi parecer.
P.: Pues el número uno, el que ha estado al frente de todo este secuestro, cuidando de sus hombres, como tú has cuidado de ellos desde tierra. Muchas gracias por haber estado con nosotros Kepa, te lo agradezco muchísimo.
R.: Venga, un beso muy grande y muchas gracias a todos.
Entrevista en Hora 25 con el armador del Alakrana, Kepa Etxeberría (20/11/2009)
17:52
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