Detienen a 37 personas por estafar tres millones de euros en Málaga
Para cometer los fraudes los detenidos utilizaban a personas con escasos recursos, a las que les ofrecían la posibilidad de obtener un préstamo a cambio de tramitar la operación
Agentes de la Policía Nacional han detenido, en una operación desarrollada en Málaga, Torremolinos y Antequera, a 37 personas por presuntamente haber cometido un fraude de más de tres millones de euros. Estos individuos realizaban estafas bancarias masivas mediante la aportación de documentación falsa y utilizando a gente de escasos recursos económicos.
Durante la operación se han realizado registros domiciliarios en Alhaurín el Grande y en dos locales de una entidad financiera franquiciada ubicados en Málaga y Antequera. Además, se analizaron más de 20.000 archivos informáticos y numerosa documentación, según ha informado la Comisaría Provincial en un comunicado.
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Las investigaciones se iniciaron en junio del año pasado cuando se tuvo conocimiento de que se podrían estar cometiendo estafas bancarias masivas en distintos bancos y entidades financieras de la capital mediante la aportación de documentación falsa.
Según las pesquisas, el importe de los préstamos obtenidos y en los que se ha detectado falsificación de los documentos aportados asciende a más de tres millones de euros.
Para cometer los fraudes los detenidos, imputados por los delitos de estafa y falsificación documental, utilizaban, presuntamente, dos métodos. En unos casos se valían de personas con escasos recursos económicos, a las que les ofrecían la posibilidad de obtener un préstamo personal a cambio de una importante comisión por tramitar la operación.
Con este fin, la organización les facilitaba los documentos falsificados. En otros casos, y aprovechando la precariedad de la situación económica actual y la dificultad para conseguir financiación bancaria, captaban a numerosos clientes demandantes de un crédito hipotecario, cuyas solicitudes habían sido rechazadas por parte de varias entidades financieras, dado que su perfil económico no superaba los límites de riesgo establecido por ellas.
Una vez captados estos clientes y en función de la necesidad económica, modificaban la documentación necesaria -nóminas, declaraciones de IRPF, vidas laborales, etcétera- y volvían a plantear la operación ante otras entidades de crédito, las cuales aceptaban la operación, puesto que se encontraba dentro de los niveles de riesgo que podían ser asumidos por la entidad. En este caso cobraban también una comisión, aunque ésta inferior a la anterior.