Berlusconi considera un "milagro" no haber perdido un ojo
El primer ministro italiano permanece ingresado tras sufrir una agresión
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha calificado de "milagro" no haber sufrido daños irreversibles en un ojo como consecuencia de la agresión sufrida tras un mitin político en Milán y tras el que tuvo que ser trasladado al hospital con contusiones en la cara, la nariz ligeramente fracturada y un par de dientes rotos.
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El director de los informativos de TG4, Emilio Fede, ha transmitido las palabras de 'Il Cavaliere' a los medios de comunicación tras acudir a visitarle al hospital. "Me ha dicho que se siente como en un milagro, porque un centímetro más y hubiera perdido el ojo", explicó Fede, quien confirmó que el jefe del Ejecutivo italiano será dado de alta previsiblemente a lo largo del lunes.
Además, Berlusconi le trasladó su preocupación por "el excesivo aumento de violencia" que se respira en Italia". "No está asustado, pero sí preocupado", ha añadido.
El primer ministro italiano sufrió una grave contusión facial y tiene fractura de nariz a raíz de la agresión de la que fue víctima este domingo tras un acto de su partido, el Pueblo de la Libertad, celebrado en la plaza de la Catedral de Milán. Berlusconi estaba saludando a sus seguidores cuando el agresor, Massimo Tatraglia, le golpeó con una reproducción a escala de la catedral. Tatraglia, bajo tratamiento por problemas mentales, fue inmediatamente detenido.
Berlusconi pasó unos instantes en medio del público y las cámaras con la cara ensangrentada antes de entrar en un coche y ser trasladado al hospital de San Raffaele. "Estoy bien, estoy bien", afirmó al salir de la sala de urgencias del hospital en mangas de camisa y apretando una bolsa de hielo contra su cara.
El médico personal de Berlusconi, Alberto Zangrillo, ha ordenado 15 días de reposo para el mandatario, que en un primer momento presentaba contusiones faciales, dos dientes rotos y varios cortes en los labios. Ante la gravedad de las lesiones, el médico ordenó un TAC, que reveló una pequeña fractura del tabique nasal. Ante esta circunstancia, explicó Zangrillo, se ha optado por mantener a Berlusconi ingresado durante la noche en el hospital, como medida preventiva.
Según los que han podido visitar a Berlusconi, el primer ministro asegura estar "entristecido" por "esta campaña de odio contra mí". "Este es el resultado para quienes querían sembrar la zizaña. Casi me lo esperaba", ha indicado.
"Todos deberían entender que no se puede insultar a un primer ministro, que es en defensa de las instituciones", indicó, aunque dijo no estar ni siquiera mínimamente impresionado por el incidente. "Todavía estoy aquí y no detendré", apostilló.
El agresor, Massimo Tatraglia, de 42 años de edad, fue detenido inmediatamente por la Policía. Según fuentes de la inteligencia citadas por los medios italianos, el hombre estaba siendo tratado por problemas mentales desde hace diez años en el Hospital Policlínico de Milán.
Ya por la noche, Tartaglia fue formalmente arrestado por cargos agravado de lesiones contra un funcionario público con premeditación. En el abrigo del agresor se halló un crucifijo y un aerosol de pimienta.
El padre del agresor explica las razones
El padre del presunto agresor de Berlusconi ha defendido a su hijo argumentando que es "una persona psicológicamente inestable que nunca ha hecho daño a nadie", al tiempo que reconoció que, aunque votantes de izquierdas, en su familia nadie profesa "odio" hacia ''Il Cavaliere''.
"Mi hijo, mi familia, siempre hemos votado al PD (Partido Democrático, una formación de centro izquierda), pero ninguno de nosotros siente odio por Berlusconi", afirmó Alessandro Tartaglia, padre de Massimo Tartaglia, en declaraciones a los informativos de Mediaset, propiedad del propio Berlusconi. Alessandro Tartaglia respondió a los periodistas después de que la Policía concluyese el registro en la vivienda familiar, donde también reside el supuesto agresor.
"Massimo es una persona psicológicamente inestable, pero nunca ha hecho mal a nadie. De hecho, ni siquiera era activo en política, es un voluntario de (la ONG ecologista) WWF", ha añadido.
Según la versión de su padre, Massimo, de 42 años, abandonó la residencia familiar el pasado día 11 alegando que iba a pasar unos días a casa de un amigo y que no sabía cuándo regresaría. En este sentido, Alessandro señaló que no conocía los planes de su hijo y que, de haberlos sabido, habría intentado "detenerle".
"Pienso que este episodio es el resultado del clima negativo que vive Italia", indicó, si bien apostilló que nadie de su familia, ni siquiera su hijo, sentía ninguna "exasperación" en particular.
Según fuentes de la inteligencia citadas por los medios italianos, Massimo Tartaglia estaba siendo tratado por problemas mentales desde hace diez años en el Hospital Policlínico de Milán. Ahora se enfrenta a un cargo agravado de lesiones contra un funcionario público con premeditación.
Los jóvenes contra 'Il Cavaliere'
Anteriormente, durante su intervención en el mitin, Berlusconi fue interrumpido por un grupo de jóvenes que silbaron al primer ministro. "Estos son los niños que protestan. Ved por qué estamos aquí y no allí, porque no hacemos estas cosas, somos gente libre y no renunciaremos decir estas cosas. ¡Vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Vergüenza!", respondió Berlusconi entre abucheos. Una vez apartados a cierta distancia por las autoridades, los jóvenes continuaron gritando "¡Tonto! ¡Tonto!" o "¡Juicio! ¡Juicio!" antes de ser definitivamente alejados por los policías.