Caos de organización en la Cumbre del Clima de Copenhague
Los países africanos abandonan las negociaciones en plante contra los ricos
La Cumbre del Clima se ha colapsado este lunes en todos los sentidos a dos días del desembarco de más de 110 jefes de Estado y de Gobierno en Copenhague (Dinamarca). Por un lado, dentro del recinto, los africanos han decidido levantarse de las negociaciones porque consideran que los países ricos no quieren avanzar en un recorte profundo de sus emisiones de CO2. Por el otro, fuera del Bella Center, que alberga las conversaciones, miles de personas hicieron cola a la intemperie más de horas para intentar obtener sus acreditaciones.
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La decisión de los africanos, defensores de que se prolongue el Protocolo de Kioto y se adopte un acuerdo paralelo para los países que no están en él, han trastocado el programa de la COP y se han comenzado a posponer ruedas de prensa, como la prevista por la 'troika' europea, en la que se encuentra España como próxima presidenta de la UE, o la que iba a ofrecer el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, Yvo de Boer, junto a un grupo de jóvenes, para hablar del estado de las negociaciones.
Los africanos vuelven a la mesa de negociaciones
"Los países africanos se han negado a continuar con las negociaciones a menos que las conversaciones sobre el segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto sea priorizado sobre las discusiones más generales de los compromisos a largo plazo (LCA). Australia, Japón y otros habían conseguido paralizar las discusiones sobre el Protocolo de Kyoto. De las dos vías de negociación abiertas en Copenhague, sólo la del Protocolo de Kyoto incluye mecanismo para la obligatoriedad legal de las reducciones de emisiones por parte de los países ricos", señalan desde la ONG Oxfam Internacional.
Sin embargo, después del descanso para el almuerzo, los países africanos han aceptado volver de nuevo a la mesa de negociaciones.
Esta ruptura era algo que no se esperaban las miles de personas que empezaron a hacer cola a las 6.30 horas de la mañana, a dos grados bajo cero, para recoger sus acreditaciones y asistir a la fase decisiva de la Cumbre del Clima. Más de ocho horas permanecieron a la intemperie miembros de delegaciones, compañías, universidades y organizaciones no gubernamentales. Eso los que tuvieron suerte, porque muchos no lograron traspasar la línea de entrada. "Tiene una capacidad de 20.000 personas, y ahora puede que haya 20.000 personas dentro. Hasta que no salgan, nadie más puede entrar", aseguraba un policía que controlaba el flujo de personas.