Una ballena de papel para salvar a estos cetáceos
15 activistas de Greenpeace han entregado una ballena de tres metros en la Embajada de Japón en Madrid.
Miembros de Greenpeace protestan frente a la embajada de Japón en Madrid(Greenpeace)
Con este acto simbólico, esta organización ecologista exige a Japón que paralice su programa de caza científica que provoca la muerte de 700 ballenas, cada año, en el Santuario que la comunidad internacional ha creado en el océano Antártico.
Además, Greenpeace ha entregado una carta al embajador japonés en la pide un juicio justo para los dos activistas de esta organización, Junichi Sato y Toru Suzuki, que denunciaron en el 2008 la venta ilegal de carne de ballena, procedente de la caza científica, y a los que la policía nipona acusa de haber robado carne para venderla en el mercado negro.
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Según Greenpeace, estos dos activistas son "inocentes" y, sin embargo, pueden ser castigados con una pena de 10 años de cárcel, en un proceso legal que comienza el próximo lunes, 15 de febrero. "Se debe juzgar la caza de ballenas, no a quienes demuestran su ilegalidad", ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña Océanos de Greenpeace. "Demandamos a la justicia japonesa un juicio justo y limpio, tal como se lo ha pedido la ONU y toda la comunidad internacional".
Para saber más:
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La SER habla con los activistas de Greenpeace detenidos en Copenhague
