Con fusión de marisco
Ya que hoy vamos de cosas molonas y de cocina-fusión (con lo que luce eso hoy en día y lo bien que quedas cuando te vienen visitas) yo voy a intentarlo con una fusión impostora que a mí me gusta mucho. La fusión chino-gallega, que para exotismo no está nada mal. Ya hicimos en su día unas "zamburninjas", con zamburiñas de lata, verduritas y un toque picante, que también era fusión chino-gallega, pero hoy les vamos a dar un aire más sofisticado, utilizando unas vieras con su concha y todo. Congeladas, claro está, que son más baratas y a las visitas que nos vienen, en realidad, tampoco las queríamos tanto.
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Ingredientes: 1 paquete de vieras congeladas con concha (en el mío venían tres), 1 paquete de noodles 1 diente de ajo, una lata pequeña de cebolla frita Hida (o cebolla natural picada si se quiere currar un poco), un poco de salsa de soja, un poco de salsa teriyaki (si no tenéis, tampoco vayáis a comprar un bote sólo para esto), 1 vaso de vino blanco, aceite de oliva virgen extra y perejil.
Preparación: ponemos agua a hervir y los noodles en un bol. Cuando el agua hierva, la echamos por encima de los fideos chinos y los tapamos con un plato. En 3 minutos estarán en su punto. En la sartén, con un poco de aceite, ponemos el ajo picado, y lo ponemos a freír. Cuando empiece a dorarse, añadimos el contenido de la lata de cebolla, removemos bien y dejamos que se nos haga un poco más. Es el momento de añadir un chorreón de soja y otro de teriyaki (para darle ese toquecillo oriental-fusión que tanto agradecen las visitas) otra vuelta y añadimos el vino blanco, dejamos que se evapore el alcohol y se ligue un poco nuestro preparado, y listo. Ponemos en un plato las conchas vacías de las vieras, les ponemos dentro un puñado de fideos chinos bien escurridos y por encima la salsa que hemos preparado. Rematamos el invento con la vieras hechas a la plancha en la sartén con dos gotas de aceite (se hacen muy rápido, que nos cojan color por un lado, les damos la vuelta, otro poco por la otra cara y listo), un poquito de sal gruesa y perejil. De rico, riquísimo y de chulo y lustroso, ni hablamos.




