Las alcantarillas de Kalashov

Los investigadores consideran que los detenidos eran los subordinados de Zakhar Kalashov, supuesto capo de la mafia georgiana a quien la Audiencia Nacional dejó en libertad el pasado mes de febrero después de depositar una fianza de 300.000 euros.

"Eran las alcantarillas de Kalashov", asegura una fuente jurídica conocedora de las investigaciones. Un grupo organizado y especializado que hacía los trabajos sucios para la mafia como el cobro de extorsiones, las amenazas o los trabajos de eliminación física de la competencia, con el propósito del controlar los bajos fondos de las principales ciudades europeas.

"Estaban dominando ya un amplio espacio de la delincuencia en muchas capitales europeas e incluso se habían hecho un hueco en ciudades como Milán dominada tradicionalmente por la mafia italiana" hasta el punto, reconoce esta fuente, de que, en una conversación telefónica intervenida por orden del juez, llegan a decir "Europa es nuestra".

Los detenidos estaban especializados en todo tipo de robos y recaudaban cantidades de dinero entre los 300 y 3000 euros procedente de la extorsión o del chantaje. Cada 15 días entregaban lo recaudado al contable que hacia caja común.

El supuesto cabecilla de este grupo era, según los investigadores, Kakhaber Shushanasvilli, de 38 años, detenido en Barcelona, y hombre de confianza de Kalashov, quien estaba intentando "ampliar su poder", dentro del Clan Ivankov.

Y es que la lucha por el control del poder mafioso ha dividido a los delincuentes de países del Este en varios clanes. Uno de ellos al que pertenecen los detenidos, el Clan Ivankov (Viacheslav, Ivankov, 1969, asesinado en Moscu cuando salía de un restaurante) mantiene una fuerte disputa con el Clan Oniani (Tariel Oniani, el criminal georgiano considerado número dos de la mafia rusa en España desde principios de los 90 hasta el 2005, que logró huir de las redadas llevadas a cabo en Barcelona, Alicante y Málaga en el marco de la operación Avispa).

Ambos clanes se han enfrentado en muchas ocasiones por el control de la delincuencia y "lo seguirán haciendo", presagian los investigadores, después de conocer además que la sentencia de muerte contra Oniani (la carta en argot mafioso) ya ha sido enviada por los nuevos jefes del clan Ivankov.