El Vaticano condena la violencia de género y lamenta los ataques a la Iglesia
El predicador del Papa, Rainiero Cantalamessa, habla de los abusos a niños "que ha manchado desgraciadamente también elementos del clero" y compara los ataques a la Iglesia con el antisemitismo
El predicador de la Casa Pontificia, Rainiero Cantelamessa, ha instado este viernes a los hombres a que pidan perdón a las mujeres, acto que ha considerado como "uno de los más justos y necesarios".
"Juan Pablo II inauguró la práctica de las peticiones de perdón por los errores colectivos. Una de ellas, entre las más justas y necesarias, es el perdón que una mitad de la humanidad debe pedir a la otra mitad, los hombres a las mujeres", agregó durante la homilía que pronunció en la celebración de la Pascual del Señor en la Basílica de San Pedro del Vaticano que presidió el Papa Benedicto XVI.
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Cantalamessa abordó en su alocución la cuestión de la violencia que, según su parecer, afecta especialmente a los jóvenes. Citó, entre otras situaciones, la violencia callejera, el acoso escolar o la violencia en los estadios.
Al margen de estas situaciones, el predicador franciscano agregó que hay un tipo de violencia "aún más grave y difundida que la de los jóvenes". "No hablo aquí de la violencia sobre los niños, de la que se han manchado desgraciadamente también elementos del clero; de esa ya se habla ya bastante fuera de aquí. Hablo de la violencia sobre las mujeres", añadió.
En este sentido, dijo que la violencia de género es "más grave" porque tiene lugar "al abrigo de los muros del hogar, sin que nadie lo sepa, cuando no incluso se justifica con prejuicios pseudo-religiosos o culturales". "Las víctimas se encuentran desesperadamente solas e indefensas", reconoció, al tiempo que alabó la labor de "muchas asociaciones e instituciones".
"La violencia contra la mujer no es nunca tan odiosa como cuando se produce allí donde debería reinar el respeto y el amor recíproco, en la relación entre marido y mujer", dijo.
Referencia a los abusos
Rainiero Cantalamessa finalizó su intervención leyendo la carta que un amigo suyo judío le envío con motivo del escándalo de abusos sexuales en la Iglesia católica en la que lamenta el "ataque violento y concéntrico contra la Iglesia, el Papa y todos los fieles por parte del mundo entero".
"El uso del estereotipo, el paso de la responsabilidad y la culpa personal a la colectiva me recuerdan a los aspectos más vergonzosos del antisemitismo. Deseo por tanto expresarle a usted personalmente, al Papa y a toda la Iglesia mi solidaridad de judío de diálogo", continuó en la misiva el fiel judío.