Tres estados declaran emergencia ante la amenaza del vertido de petróleo
La Casa Blanca ha prohibido las perforaciones petrolíferas hasta que se realice una investigación sobre el incidente del crudo vertido al mar en los últimos días
El gobernador del estado de Alabama, Bob Riley, ha declarado el estado de emergencia tras confirmarse que el vertido de petróleo se aproximaba a sus costas.
"Este vertido supone una seria amenaza a nuestro entorno y nuestra economía", dijo Riley en una conferencia de prensa convocada para la ocasión. "Nuestras agencias estatales están trabajando con las agencias federales para preparar a Alabama para un desastre natural sin precedentes", añadió, según recoge el canal de noticias local WHNT.
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Los primeros signos de la marea negra provocada por la destrucción de una plataforma petrolífera del golfo de México comenzaron a llegar este viernes a la costa sur de Estados Unidos por aire. Hasta el estado de Luisiana han llegado pájaros manchados de crudo que se convirtieron en símbolo del que ya está considerado como uno de los peores desastres ecológicos de la historia de Estados Unidos, pese a la movilización de autoridades y Ejército para impedir el avance del petróleo.
La fisura submarina dejada por la explosión de la plataforma en el golfo de México expulsa crudo a razón de 5.000 barriles diarios -800.000 litros-, lo que ha motivado un sentir de emergencia nacional y la extensión de la advertencia a los estados de Mississippi, Alabama y Florida, que al igual que Luisiana ha declarado el estado de emergencia.
Pese a que la Guardia Costera ha desplegado kilómetros de barreras absorbentes frente a los estados en riesgo, desde algunos puntos de la reserva de Pass-a-Loutre, en la desembocadura del Mississippi, se informó este viernes de la llegada del fuel, cuya magnitud en mar abierto abarcaba unos 200 kilómetros a lo ancho.
Sin freno
Los robots submarinos enviados a la zona de origen del escape no han logrado activar la válvula para frenar la fuga y la petrolera BP confía en cubrir el pozo con un embudo gigante invertido que capturará el crudo en el lecho marino y lo canalizará hacia un tanque en la superficie. Este plan tardaría cuatro semanas en instalarse, periodo en el que se vertirán más de 150.000 barriles, y si se hace necesaria la perforación de un pozo de alivio -de dos a tres meses de retraso-, se incrementaría a 300.000 barriles el derrame.
El vertido aún debería seguir durante unos 50 días más para superar el desastre causado por el Exxon Valdez en Alaska en 1989, el peor de la historia de Estados Unidos, con 49 millones de litros vertidos en el mar.
Reaccion del Gobierno
El presidente estadounidense, Barack Obama, envió este viernes a inspeccionar los esfuerzos de contención a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, el secretario de Interior, Ken Salazar, y la administradora de la Agencia de Protección Medioambiental, Lisa Jackson.
Los tres tenían previsto sobrevolar la zona y discutir sobre los esfuerzos que se llevan a cabo para limpiar y contener el vertido con responsables federales, estatales y locales.
Paralelamente, la Casa Blanca ha prohibido las perforaciones petrolíferas hasta que se realice una investigación sobre el incidente del crudo vertido al mar en los últimos días, según anunció este viernes un consejero, David Axelrod, quien afirmó que ninguna perforación seguirá adelante hasta que "se haya producido una revisión adecuada de lo que sucedió y de las propuestas que se reciben".
Obama retiró el mes pasado la prohibición para la perforación y la exploración de gas y petróleo, afirmando que era crucial para la seguridad energética estadounidense. La propuesta consiguió un amplio apoyo de los republicanos, pero hizo enfadar a los defensores del medioambiente, que arguyeron que las perforaciones no contribuirían al descenso de los precios del gas ni disminuiría la dependencia del país del petróleo de otros países. Ahora, los ecologistas y algunos diputados ponen como ejemplo el desastre del golfo de México y afirman que no hay ninguna operación de perforación segura en las costas.
No obstante, el mandatario norteamericano defendió que estas extracciones siguen siendo una parte importante de la política energética del país y son importantes para su seguridad. "Pero siempre he dicho que debe hacerse de forma responsable por la seguridad de nuestros trabajadores y nuestro medio ambiente", ha apostillado.
Medidas de seguridad
En este sentido, dijo que cualquier franja cedida a compañías en el futuro para la búsqueda de petróleo estará sometida a mejores medidas de seguridad para impedir y controlar los vertidos.
El presidente, cuya Administración ha sido criticada por su lenta respuesta al vertido, aseguró que el Gobierno está haciendo todo lo posible para ayudar a frenar la marea negra y aliviar sus efectos. "BP es el responsable último en virtud de la ley para pagar los costes de la respuesta y las operaciones de limpieza, pero estamos plenamente preparados para hacer frente a nuestras responsabilidades ante cualquier comunidad afectada", aseguró.
Por otra parte, el Pentágono informó este viernes de que el secretario de Defensa, Robert Gates, está considerando la petición del gobernador de Luisiana de fondos para financiar el despliegue de hasta 6.000 efectivos de la Guardia Nacional para responder a la marea negra.
"Está considerando la petición, pero recuerdo que el gobernador(Bobby) Jindal tiene la autoridad de desplegar a sus fuerzas de la Guardia Nacional en caso de una emergencia y puede hacerlo cuando le parezca", indicó el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell.
BP se defiende
La petrolera británica BP, en el punto de mira, ha asegurado que ha puesto en marcha la siguiente fase dentro de sus esfuerzos para contener y limpiar el crudo vertido al mar, lo que incluye una "significativa ampliación de los preparativos" en la costa ante la posibilidad de que alcance el litoral.
En concreto, la empresa ha aumentado los preparativos para una mayor protección y esfuerzos de limpieza en las costas de Luisiana, Mississippi, Alabama y Florida. Asimismo, ha creado otro nuevo puesto de mando, que complementará al instalado en Houma (Luisiana), en la ciudad de Mobile (Alabama), para que supervise la respuesta en las costas de ese Estado y los de Mississippi y Florida. Asimismo, confirmó que continúan los trabajos para completar la instalación de barreras de protección marina en el litoral.
La compañía responsable
El consejero delegado de BP, Tony Hayward, defendió que la compañía está haciendo todo lo que está a su alcance para eliminar la fuente del vertido y contener su impacto medioambiental. "Estamos decididos a luchar contra el vertido en todos los frentes, en las profundas aguas del Golfo, en las aguas superficiales y, si fuera necesario, en la costa", añadió.
Los esfuerzos por contener el vertido y garantizar el bienestar supondrán un coste de seis millones de dólares diarios, cantidad que está previsto que siga aumentando. La compañía considera que es temprano para evaluar los posibles costes y responsabilidades asociadas al incidente.
Pese a las puntualizaciones de BP, pescadores de camarones de Luisiana han presentado la primera demanda colectiva por el vertido, contra la petrolera británica, la suiza Transocean, fabricante de plataformas petroleras, y las compañías Halliburton y Cameron, acusándolas de negligencia.