Hasta siempre, Perdidos

Perdidos ya ha terminado para muchos de los fans de la serie que este lunes han decidido pegarse un buen madrugón y ver el último capítulo al mismo tiempo que éste se emitía desde EEUU.

A partir de este lunes algo va a faltar para muchas personas. Tal vez pueda parecer una exageración, pero no es poca la legión de fans que en los últimos seis años han adquirido el hábito de sentarse a ver frente a sus televisores o de descargar en sus ordenadores semanalmente el último episodio de Perdidos, en muchos casos en inglés con subtítulos en español. Todo vale, el fin justifica los medios, para ver antes que nadie el episodio de la semana y poder compartirlo al día siguiente con la familia y amigos.

La serie echa el cierre tras seis temporadas en las que han participado decenas de actores en más de 120 episodios de los que se extraen cientos, posiblemente miles, de iconos. Y es que en los últimos años no ha sido extraño familiarizarse con osos polares, humos negros, símbolos de la 'Iniciativa Dharma', números repetitivos, o piezas del fuselaje de un vuelo Oceanic 815 en el que todo comenzó.

Seis años después de que Jack, uno de los protagonistas de la serie, despertara en un campo de bambú tras el accidente del Oceanic 815, la serie ha echado el telón respondiendo a muchas preguntas, aunque siempre conservando otras muchas incógnitas que, por su propia naturaleza, no podían resolverse.

Y es que, si algo quedaba claro desde un principio, es que el final de la serie no iba a dejar satisfecho a todo el mundo. Desde los foros de Internet se encuentran opiniones de lo más variopintas desde los primeros rayos de sol de este lunes. Hay seguidores que a la salida de los cines Ideal de Madrid, tras trasnochar y hacer una maratón de capítulos, opinaban que el final de la serie es "como el de 'Los Serrano' pero a la americana". Otros decían no haber entendido bien la resolución final de la serie y algunos, se señalaban al corazón destacando la emotividad del episodio. Eso sí, prácticamente todo el mundo parece haberse quedado satisfecho con el último capítulo.

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Revolución en la ficción y en la vida mundana

'Perdidos' ha marcado un antes y un después en lo que a la forma de tratar la ciencia ficción se refiere. El modelo narrativo, repleto de flashbacks y flashforwards, de finales alternativos y distorsión de la realidad, de giros inesperados y referencias que abarcan desde lo bíblico hasta la cultura pop, no ha dejado indiferente a nadie y ha situado a esta serie en un lugar de privilegio dentro de la extensa oferta de series de ficción que llegan desde las productoras norteamericanas.

En Estados Unidos el capítulo más seguido tuvo alrededor de 23,4 millones de espectadores y el que menos 8 millones y medio. 14 millones de dólares fue el precio del primer capítulo de una serie que ya prometía emociones fuertes desde su inicio. Un último dato, el del coste de la publicidad: 250.000 dólares se pagaban por emitir un anuncio de 30 segundos en la ABC durante la emisión de Lost, precio que aumentaba a un millón de dólares si se trataba del último capítulo.

Pero de vuelta a casa, al día a día mundano entre crisis económica, crispación política y corruptelas varias, uno se da cuenta de que 'Perdidos' ha dejado algo más. La serie empezó emitiéndose con más de un año de retraso respecto a la televisión estadounidense, por lo que más de uno optó por sacrificar el oído por la lectura y el sonido en versión original. Pese a que en los últimos años la sincronización con EEUU ha sido casi perfecta, gran parte del público se ha mantenido fiel a la versión original, tal vez porque era la forma más rápida de conseguir cada semana el último capítulo.

Con el fin de 'Perdidos' también se marchan varias coletillas de cualquier grupo de amigos: "Que nadie me cuente nada, que todavía no he llegado a ese punto"; "Si el martes sale en Estados Unidos el miércoles lo estoy viendo"; "Estoy enganchad@, me he visto quince capítulos este fin de semana"; "Mi personaje favorito es..."; "Entre Jack y Sawyer / Kate y Juliet es más atractiv@...". Sin duda conversaciones que echaremos de menos y que bien merecen un último adios. Así que, sin más, hasta siempre, Perdidos. ¡Namasté!