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Negro albino pero sin asilo

España no ha concedido el estatuto de refugiado a Ibrahim Prince por tratarse de un caso de "discriminación" y no de persecución pese a los numerosos raptos de los que ha sido víctima

Abandonado desde su nacimiento en un orfanato de Gambia porque sus padres no querían un albino en la familia, la vida de Ibrahim Prince es la de la discriminación constante. A sus 43 años cuenta algunos de los raptos que ha padecido, incluso en una ocasión en Nigeria lo llevaron a un bosque para un ritual del que consiguió escapar

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Llegó a España en cayuco huyendo de aquello pero casi cinco años después la oficina de asilo le ha denegado el estatuto de refugiado. Ha recurrido ante la Audiencia Nacional. Su caso recuerda mucho al del primer negro albino que consiguió asilo en España en diciembre de 2009, Adoulaye Coulibaly. Prince ha denunciado su situación en los micrófonos de la Cadena Ser donde ha asegurado que no entiende por qué él no ha tenido la misma suerte.

Ibrahim Prince nació en 1967 en Nigeria, no sabe dónde, lo único, que acabó en una casa de huérfanos de la iglesia católica en Makati, Gambia. Normalmente, a los siete años a los pequeños se les daba en adopción y Prince acabó en una familia que lo hizo trabajar desde el primer día. No tuvo la oportunidad de estudiar y vendiendo carbón y madera y trabajando como empleado doméstico consiguió el dinero necesario para pagarse la educación secundaria.

Su familia adoptiva lo sometió a un trato muy duro. Cuenta que le llegaron a dejar sin comer durante días pero dice que lo aguantó todo porque desde pequeño estaba predestinado a sufrir. Acostumbrado a luchar desde niño, a los dieciséis años decidió ponerse a buscar a su familia biológica. Primero acudió a Cruz Roja en Banjul, lo único que tenía era una foto de su madre y una nota en la que decía que su padre trabajaba como pastor. Así partió hacia Nigeria donde a los pocos días de búsqueda de su familia vivió una de sus primeras experiencias traumáticas. Unos hombres le invitaron a subir a un coche en el que le prometieron que irían a buscar a su familia pero era una trampa y se lo llevaron a un bosque a las afueras de Lagos. "Me desnudaron, sólo tenía una tela roja en una parte del cuerpo, me habían pintado la piel con muchos colores y me llevaron ante un brujo que tenía una máscara y que comenzó a gritar. Al final conseguí huir hasta una carretera y un hombre me llevó en su coche de vuelta a la capital" narra ahora Prince que ha tenido que recibir ayuda psicológica, de los especialistas de CEAR, desde que está en España para poder superar estos traumas.

No cesó en la búsqueda de su madre, de la que sólo sabía que había nacido en Fula, Gambia. Volvió a Nigeria por segunda vez pero gracias a la amarga experiencia de su primer intento no confió en nadie, no encontró a su familia, volvió a ser rechazado y marginado "te insultaban por todos lados, sentí racismo con los albinos en Nigeria" y se volvió a Gambia.

Un amigo, Buba, con el que creció en el orfanato "es mi única familia, como un hermano", le invitó a ir a Nuadibú en Mauritania a trabajar en la pesca. De ese puerto del norte mauritano salió en 2005 el cayuco con el que llegó en la noche del 31 de diciembre a la isla de Tenerife. Pasó 29 días en el centro de internamiento de Hoya Fría de esa isla, de allí fue trasladado a Alicante donde CEAR (la Comisión Española de Ayuda al Refugiado) se hace cargo de él hasta que localiza a un amigo en Lanzarote donde se instala y solicita el asilo. En la isla canaria trabajó un año y siete meses en la construcción hasta que a finales de 2008 tuvo que acudir a Madrid a la Oficina de Asilo y Refugio que depende del Ministerio del Interior y donde le habían convocado para darle el resultado de su solicitud de asilo. Finalmente se lo habían denegado.

Según el abogado de Prince, Javier Ramírez, de CEAR, "la oficina de asilo no considera su caso como el de una víctima de persecución sino de discriminación y argumenta que podría haber residido sin mayores problemas en alguno de los países donde ha residido como Senegal o Mauritania donde no se han conocido casos de persecución de albinos". Ramírez responde diciendo que "esa discriminación que le ha dejado psicológicamente destrozado debería ser tenida en cuenta por la Oficina de Asilo y concederle el estatuto".

Hace ya más de un año desde que Ramírez presentó el recurso y de momento no hay ninguna respuesta aunque confía en que los magistrados de la sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional concedan la protección a Prince. "Este es el único país seguro en el que he estado, el único en el que puedo vivir un poco relajado, no tengo ninguna familia que me apoye pero siempre estoy luchando para salir adelante" añade Prince esperando convencer a los jueces.

Con una orden de expulsión

Prince vive ahora preocupado porque su situación se ha complicado después de que en abril le abrieron una orden de expulsión. "No quiero volver a África. Lo único que puedo decir ahora es que estoy pasando un momento muy duro, muy difícil, que tengo ganas de volver a trabajar. Estoy muy bien en España porque hay muchos apoyos para los albinos y sólo quiero una oportunidad para tener una vida normal y una oportunidad de trabajar".

Cada solicitud de asilo o refugio es individual y cuentan las circunstancias personales pero el caso de Prince es parecido al de Abdoulyae Colubibay el primer y único albino negro hasta el momento que ha obtenido asilo en España en diciembre de 2009.

Punto de Fuga (25/12/2009)

55:44

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