Jugando con fuego

Si por un error, el Gobierno no hubiera podido aprobar el decreto del ajuste, a esta hora las bolsas estarían precipitándose en caída libre, el coste de nuestra deuda disparado, nuestra credibilidad internacional todavía más baja y con un riesgo real de ser intervenidos por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea; eso por no hablar de que seguramente estaríamos hablando de elecciones anticipadas con la tremenda inestabilidad que eso supone.

El Gobierno ha jugado con fuego, es cierto, porque ha llevado al Congreso el decretazo sin negociarlo antes con nadie y después de un giro político que ha tenido que hacer a la fuerza; la credibilidad de Zapatero además está bajo mínimos y nadie le da ya un mínimo margen de confianza.

Pero enfrente, no es que hayan jugado de nuevo con fuego, es que ya no lo disimulan: Rajoy lo ha dicho hoy claramente, sólo le importaba intentar echar a Zapatero, ¿Por qué se va a preocupar él del país? La falta de sentido de Estado y de responsabilidad del PP es alarmante. Da miedo. Sólo les importan los cálculos electorales de Arriola y los halcones más duros, entre los que hay que incluir ya al propio Rajoy por muy gallego que me sea.

Ya es curioso que los únicos que han tenido hoy sentido de Estado han sido tres partidos nacionalistas, CIU, CC y UPN, que seguramente hubieran estado más cómodos votando que no pero cuya abstención ha salvado a este país de una jornada negra.

Se avecinan tiempos muy duros. Hasta que lleguen las vacaciones, para los que puedan disfrutarlas, nos esperan dos meses de vértigo. El Gobierno está muy débil y tiene que afrontar la reforma laboral con los sindicatos de uñas, la reforma del sistema financiero con bancos y cajas todavía muy heridos y probablemente la reforma a la baja de la financiación autonómica. Todo esto con una oposición echada al monte y la mirada fría y cruel de los mercados y las autoridades económicas internacionales. Menos mal que nos queda el Mundial de Sudáfrica.

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