Ocio y cultura
EUROVISIÓN 2010

¿Por dónde empezamos?

Llevo un rato intentando ser espontáneo para escribir este artículo, pero me he dado cuenta de que tal vez no sea muy buena idea. Dejemos la espontaneidad para los que se dedican profesionalmente a ello, y hablemos del quid de la cuestión, del comentario que hoy va de boca en boca y que alimentará muchas tertulias, cotilleos y programas que se nutren de otros programas. Hablemos del espontáneo

Ya sé que es una de esas anécdotas "graciosas" que los detractores del festival de Eurovisión aplaudirán y jalearán como si fuera una prueba más del porqué de su animadversión hacia este certamen. Pero voy a permitirme recordar que espontáneos salen por todas partes, sobre todo en las plazas de toros y en los campos de fútbol, donde acostumbran a acudir desnudos. Afortunadamente, éste que se coló en el escenario durante la actuación de Daniel Díges en Oslo nos ahorró el mal trago de enseñarnos sus partes pudendas (especialmente teniendo en cuenta que era la hora de la cena y estábamos en horario protegido). Por lo tanto, voy a dar mi primera puntuación a la organización y seguridad del festival: 0 points.

Más información

Prometo que, desde que empezó la actuación de Díges estuve mordiéndome las uñas esperando que ocurriera algo (algo pequeñito, pero algo). No sé: que el arlequín no pudiera mantener el equilibrio y se cayera, que la bailarina diera un traspié y tumbara al soldado, que el del coro no entrara a tiempo en el escenario... Pero nunca, jamás, pensé que fuese a ocurrir esto. Algo me estaba barruntando. Y cuando vi esa figura extraña corriendo por el escenario, aletargado aún por la impresión y lo inesperado, lo primero que pensé fue en Karmele Marchante debajo de una barretina, cumpliendo su promesa de boicotear el festival. 1 point para Karmele, por haber estado presente, de alguna manera, aunque sólo fuera en mis temores, en la gala de anoche.

La UER reaccionó. Tarde, pero reaccionó. Así que le doy 2 points. La decisión de que España repitiera la canción fue lo más acertado. Es curioso, pero... ¿por qué siempre nos ocurren estas cosas a nosotros? En 1969, por primera vez en la historia (celebrándose el festival en el Teatro Real de Madrid), cuatro países empatan en primera posición y a la organización le toca modificar las normas sobre la marcha. En 1990, el play-back musical de Azúcar Moreno falla y el dúo tiene que interrumpir la actuación y empezar desde el principio. Y en 2010, nos sale un espontáneo y tenemos que repetir canción (honor sólo reservado por las normas de Eurovisión para el país ganador) también por primera vez. ¿Es que cada veinte años nos va a pasar una cosa rara? 3 points para España, por ser pionera en todo.

Anécdota al margen, y volviendo a lo serio, creo que debería otorgarle 4 points a Anne Igartiburu. Lo siento, Anne... no puedo darte más porque confundiste a Massiel con Salomé y eso es imperdonable para alguien que presenta un programa de estas características. Y puedes darte por satisfecha, porque ellas te habrán puesto dos velas negras.

5 points para la mayoría de los jurados de Europa que, una vez más, han demostrado que la votación es totalmente profesional y para nada se ve influida por motivos socio-geográfico-político-culturales (¿se fijaron que Georgia no votó a Rusia y, sin embargo, Rusia le dio 10 puntos a Georgia?. Un politólogo haría una tesis doctoral respondiendo a esta simple pregunta); y 6 points para Uribarri, que año tras año nos recuerda que Chipre le da los 12 puntos a Grecia y Grecia hace lo propio con Chipre.

Los 7 points se los voy a dar al nivel, que este año era bastante alto (este año sí, de verdad). Y los 8 points se los regalo a Alemania. ¿Por qué no? Era de las favoritas y, además, pertenece al "Big Four" (España, Francia, Reino Unido y Alemania), los cuatro países que más dinero aportan a la UER y tienen garantizado su pase a la final, pase lo que pase y queden en el puesto que queden. Por lo tanto, para Alemania es un logro, porque corre por ahí el rumor malintencionado de que a estos cuatro les tienen una tirria tremenda por pasar por delante por todo el morro (y por la pasta, claro).

Tengo que darle los 10 points a los quince países que votaron a Daniel Díges, y que supieron ver su valía (unos más que otros, porque ya les vale a Bélgica e Israel otorgarle un único punto rancio y solitario: pero bueno, menos da una piedra). 15 países como 15 soles (y como 15 ha sido también el puesto en el que ha quedado España: me apunto el número para la terminación del décimo de Navidad).

Y me enorgullezco enormemente de entregar los 12 points a Daniel Díges y a todo su equipo. BRAVO, muchachos. Eso es hacer las cosas bien y mantener el temple y la compostura en los momentos adversos. La experiencia es un grado, o eso dicen, y las tablas, aquí, se han notado bastante. Después del festival, Daniel ha mostrado su profesionalidad asegurando que seguirá dedicándose a los musicales, porque es lo suyo. Y tiene toda la razón. Desde luego lleva ya mucho terreno ganado: cientos de millones de personas le han visto cantar dos veces y seguro que el vídeo del espontáneo de marras va a liderar el top-ten de visitas en las páginas que difunden este tipo de cosas (empezando por Youtube).

Y así concluye mi votación del festival de este año. Por favor, no se la tomen a broma. Porque bromas ya hemos vivido bastantes en estas últimas horas.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00