Colosal fiesta de los campeones del mundo en Madrid
La selección española celebra el título mundialista por las calles de la capital acompañado por más de un millón de personas
La selección española recorrió las calles de Madrid acompañado por más de un millón de personas que vistieron de rojo el recorrido del autobús descapotable que los jugadores utilizaron para desplazarse desde el Palacio de la Moncloa hasta la explanada Puente del Rey, donde culminó la fiesta de los flamantes campeones del Mundo.
Los futbolistas españoles, junto con el cuerpo técnico, se montaron en torno a las ocho de la tarde, con una hora de retraso, en un autobús negro descapotable en el que se podía leer ''Campeones, impossible is nothing (Nada es imposible). El poder de la Roja conquista el mundo'' y que tenía dibujada una enorme copa del mundo.
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Antes de comenzar el recorrido, los campeones del mundo pasaron por el Palacio de la Moncloa, donde les recibió el presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero dio la "enhorabuena a España por este gran triunfo histórico" y felicitó a los futbolistas "de corazón" ya que esta "victoria es de los 23 jugadores de la selección, pero detrás está la fuerza de todos los españoles".
Junto al Presidente, recibieron a los jugadores la vicepresidenta María Teresa Fernández De la Vega, y varios ministros como Miguel Angel Moratinos, Miguel Sebastián, Bibiana Aido o Trinidad Jiménez, además del Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky.
Uno de los héroes de la final, Andrés Iniesta, fue el encargado de entregar una camiseta a Zapatero, y aunque obligado por sus compañeros que le gritaron ''Iniesta ministro'', acabó confesando que estaba desbordado por los acontecimientos. "Si lo sé no marco el gol. Gracias por este recibimiento, me siento muy orgulloso de formar parte de este equipo y de esta afición. Esta copita es de todos", dijo el manchego.
Por otro lado, Zapatero no quiso olvidarse de los internacionales que defendieron la camiseta de España en el pasado y que vivieron los momentos amargos que esta selección ha dejado atrás. "La han ganado ellos, pero es también de todos los jugadores de tantas generaciones que han ayudado a llegar a la cima del fútbol mundial", dijo.
Cuando los 23 campeones descendieron del autobús, se vivió uno de los momentos más emotivos, cuando el hijo del seleccionador Vicente Del Bosque, Alvaro, se enfundó la camiseta de la final con el número seis a la espalda y alzó la copa al viento con una enorme sonrisa que contagió a su padre.
Antes de la visita al Presidente, la ''Roja'' acudió al Palacio Real para ofrecer la copa a Los Reyes, los Príncipes de Asturias y la Infanta Elena, y en el que también estuvieron las Infantas Doña Leonor y Doña Sofía, que juguetearon con el trofeo con la ayuda de Iker Casillas.
El Rey Don Juan Carlos realizó un discurso lleno de halagos a los jugadores, pero sobre todo al seleccionador. "Sois ejemplo de deportividad, nobleza, buen juego, trabajo en equipo y ahí tengo que dar la enhorabuena a Vicente del Bosque que, aunque sé que no le gusta aparecer por ahí, siempre tendrá mi reconocimiento", confesó.
Tras las visitas institucionales, llegó el baño popular por las calles madrileñas. Cientos de miles de personas abarrotaron Princesa, Plaza de España, Gran Vía, pasando por las fuentes de Cibeles y Neptuno para alcanzar la Ronda de Atocha y en la glorieta de Embajadores dirigirse a Bailén y a través de Plaza de España llegar a la explanada Puente del Rey.
Desde abajo, los aficionados llevaron en volandas a los reyes del mundo futbolístico con los cánticos que ya se han convertido en himnos oficiales de la ''Roja''. ''Yo soy español, español, español'', ''Villa maravilla'' o ''campeones, campeones'' fueron la banda sonora de los 23 campeones, que vistieron un camiseta roja con el lema ''Campeones del mundo''.
Mientras, desde el aire, la Patrulla Aguila del ejercito español realizó un vuelo en el que los aviones pintaron de rojo y gualda el cielo de Madrid justo antes de que cayera la noche sobre la capital, cuando la selección proseguía con su lenta marcha acompañados de la marea roja.
Después de casi dos horas de recorrido llegaron a mitad del camino, en la Plaza de Cibeles. Hasta entonces, Fernando Torres, enfundado en una bandera de España con el escudo del Atlético de Madrid, fue el encargado de portar el trofeo dorado, como si se lo hubieran pegado a las manos. Mientras, Sergio Ramos sorprendió con un gorro estilo ''gánster'' con los colores rojo y amarillo.
Una vez concluido el viaje por las calles de Madrid, el autobús se paró para dejar a la selección española en el escenario de la explanada de Prado del Rey para que unas 300.000 personas disfrutaran de sus héroes. El acto fue dirigido, al igual que en la pasada Eurocopa, por Carlos Latre. Nombró uno por uno a todos los jugadores.
Después tomo el micrófono el capitán de la Roja, Iker Casillas, quien agradeció todo el apoyo recibido hasta hoy. Iniesta hizo el relevo y tuvo tiempo para acordarse de Fuentealbilla. Del Bosque quiso que absolutamente todos los españoles se sintieran campeones del mundo.
Y finalmente cogió el testigo el mejor speaker de la selección, Pepe Reina. Encandiló en la Eurocopa de 2008 y hoy volvió a meterse a todo el público en el bolsillo repasando cada hombre y nombre del equipo campeón.
Después, todos a bailar en círculos el ''Campeones'', hacer trenecitos y no parar de dar saltos acompañados además por un peluche de un pulpo gigante, hasta que salió al escenario David Bisbal y con su grito particular movilizó a todos los asistentes e incluso consiguió que algunos jugadores cantaran a capella un poco con él.
Y para cerrar el acto, no podía faltar el pasodoble ''Que viva España'' cantado por el propio Manolo Escobar. Luego, todos los artistas que habían pasado por el escenario salieron a bailar el himno del Mundial con los jugadores, a tocar la Copa y a aprovechar lo cerca que estaban para hacerse fotos con todo el equipo.
En la carpa VIP ubicada junto al escenario veían todo el espectáculo personajes como la infanta Elena, Javier Hidalgo, Gonzalo Miró, Ramón Calderón, Paula Echeverría o el vicealcalde de la capital, Manuel Cobo.
Finalmente, de unos cañones ubicados delante del escenario salieron cintas de los colores rojigualda y los fuegos artificiales acompañaron a los jugadores mientras abandonaban el escenario, felices pero cansados y, quizá, sin haber digerido aún del todo su victoria y lo que supone para todo el país.
Al final, se acabó la celebración, pero las emociones han sido muchas y de camino a casa muchos no podían resistirse aún y seguían cantando el ''A por ellos'', con la vista fijá quizás en el próximo título y la próxima alegría que esta selección dé a todo el país.
Manuel Cobo explica el plan de actividades para el recibimiento de la Selección española
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