El juez Grande-Marlaska habla de división en ETA
Marlaska detalla que el colectivo de presos de EKIN alertó de la existencia de "un problema" entre ETA y la izquierda abertzale
La organización ilegal EKIN, considerada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska como "motor político" de la izquierda abertzale y transmisor de las directrices de ETA, cuestionó la semana pasada en un acta interna la valoración que Batasuna hizo del comunicado en el que la banda anunciaba el "cese de sus acciones armadas ofensivas". "Dijo lo que la organización no dijo", señalaba EKIN.
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Así consta en el auto dictado este sábado por el juez Grande-Marlaska por el que envía a prisión a los nueve detenidos el pasado martes en el País Vasco, Navarra, Cantabria y Aragón, a los que imputa indiciariamente un delito de integración y/o colaboración con organización terrorista por integrar la nueva dirección nacional de EKIN.
El acta de EKIN, incautada a José Aldasoro Jáuregui una semana antes de su detención, planifica la celebración del próximo ''Gudari Eguna'' y realiza un análisis de situación política tras el comunicado que ETA remitió a la BBC el pasado 5 de septiembre. En él sostiene que la banda "ha dejado claro cuáles son los límites de la iniciativa, está preparada para acordar con el Estado los ''mínimos democráticos'' y pone como límite el alcanzar el ''marco democrático''". "La lectura que hace Batasuna del comunicado de ETA va más allá. Dijo lo que la Organización no dijo", indica.
El documento, compuesto por dos folios, valora igualmente las reacciones al comunicado que realizaron los líderes del PSOE, el PP y el resto de fuerzas políticas, así como representantes de la comunidad internacional. De igual modo, recalcaba que con su comunicado la banda informaba de su iniciativa a los Estados español y francés.
En relación con la planificación del próximo ''Gudari Eguna'', que se celebrará el próximo 27 de septiembre, EKIN proponía realizar una manifestación en Etxarri Aranaz (Navarra), confeccionar carteles y fotografías de los militantes de ETA fallecidos durante este año y realizar en los pueblos "pintadas del gusano", en referencia al anagrama de la banda, una serpiente enroscada sobre el asta de un hacha.
"Un problema" entre ETA y Batasuna
El auto también cita un acta de una reunión bilateral entre el órgano de dirección del colectivo de presos de ETA (EPPK) y Batasuna fechada el 22 de enero pasado en la que se expresa la "preocupación" del primer organismo por la existencia de dos ponencias de debate: la ''Mugarri'', impulsada por ETA y que apuesta por la lucha armada; y la Declaración de Alsasua, que abogaba por la vuelta a las instituciones de la izquierda abertzale.
Los representantes de Batasuna, según el acta, defienden que la Declaración de Alsasua "contaba con el visto bueno de EKIN antes de su difusión", por lo que se hizo público "al no tener ninguna indicación en sentido contrario". Ante la "problemática suscitada por las contradicciones existentes entre ambos informes sobre la ''lucha armada''", el acta señalaba que tanto Batasuna como EKIN "están poniendo medios para conducir esta situación".
A este respecto, el colectivo de presos trasladó a los abogados del entorno de la izquierda abertzale, conocidos como "curas" en su argot interno, la existencia de "un problema en torno a la dirección de la izquierda abertzale". "Hay que reconocer que entre la dirección que se plantea en el informe de Batasuna y Mugarri no coinciden en algunos puntos. Que se están poniendo medios para conducir esta situación. Que la declaración de Altasasu es una iniciativa de Batasuna, decisión adoptada por iniciativa propia", señalaba el EPKK.
Ortodoxia frente a la divergencia
Grande-Marlaska también describe en su resolución que EKIN se encargaba de la "dinamización de la izquierda abertzale" por orden de la organización terrorista y que sus miembros desdoblados, a los que la izquierda abertzale llega a calificar en su documentación interna de "estalinistas", actuaban como "comisarios políticos que velan por la ortodoxia de la línea marcada por ETA y en contra de aquellos militantes de IA (izquierda abertzale) que pudieran querer emprender un proceso o vía divergente a las directrices de ETA".
Así se desprende, por ejemplo, de un documento escrito en octubre de 2009 por el ''colectivo Gakoa'', perteneciente a las bases de la izquierda abertzale, que se manifestó "crítico con la lucha armada" y mostró su interés por "concurrir a las elecciones que se celebrarán el año 2011".
Sus redactores denunciaban que la influencia de EKIN sobre el resto de organizaciones era "cada vez mayor" provocando "la estalinización de los cuadros de mando y el alejamiento de la militancia de la línea estratégica".
Reparto de funciones
Según el auto, con la reconstitución de EKIN, la organización terrorista "consolidó el modelo actual de dirección de la izquierda abertzale, que se asienta sobre el liderazgo de ETA como ''vanguardia armada'', auxiliada por EKIN para codirigir todo el entramado de organizaciones de la izquierda abertzale", con el objetivo de "mantener las luchas a favor de la construcción nacional".
Grande-Marlaska detalla que EKIN tenía a Ainaiz Ariznabarreta Ibarlucea como "responsable nacional" y estaba estructurado en ''herrialdes'' o territorios al frente de los cuales se encontraban los detenidos: Rosa Iriarte Laset, Eneko Compains Silva y José Aldasoro Jáuregui en Navarra; Ugaitz Elizarán Aguilar y la propia Aniaiz Ariznabarreta en Guipúzcoa; Egoitz Garmendia Vera y Urko Asier Ayerbe Sarasola en Álava; y Sandra Barrenetxea Díez y Erika Bilbao Bárcena en Vizcaya.
Además, la organización estaba estructurada en torno a tres sectores: Construcción Nacional, subdividida en las áreas de Euskera, Educación, Derechos Nacionales, Socio-economía y Lucha Feminista; Estructura, dividida en provincias y a cargo de Egoitz Garmendia; y Red de Relaciones, dinamizada también por Aniaiz Ariznabarreta con el objetivo de "compartir reflexiones con diferentes personalidades relevantes de la izquierda abertzale sobre la línea política a seguir para conseguir los objetivos estratégicos de ETA-EKIN".
Todos ellos tomaban fuertes medidas de seguridad para no ser descubiertos por la policía, mantenían reuniones, preferiblemente bilaterales, en lugares públicos como bibliotecas municipales, ''herriko tabernas'' o sedes de organismos, y realizaban "cambios asiduos de ubicación".
Para recaudar fondos, vendían bonos, objetos de regalo y papeletas de rifas en las que los premios eran viajes, estancias en casas rurales u ordenadores portátiles y montaban ''txoznas'' durante las fiestas locales y actos juveniles.
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