Más de un centenar de personas protestan frente a la embajada egipcia de Rabat

Diversas asociaciones sociales, ONG y sindicatos han organizado esta tarde esta manifestación en frente de la representación egipcia en Rabat. La protesta no ha tenido consecuencias violentas, aunque ha estado controlada por decenas de militares y policías que cercaban la embajada del país norteafricano e impedían moverse a los manifestantes.

Las más de ciento cincuenta personas presentes en la concentración han enarbolado pancartas y cánticos en contra de Hosni Mubarak y de la represión política en el Magreb y a favor de la revolución y de la democracia. Algunos de los gritos más escuchados han sido "Mubarak, cobarde", "el pueblo quiere derrocar el régimen" o "revolución en Túnez, revolución en Egipto, revolución hasta la victoria".

Una de las organizaciones políticas presentes en la manifestación ha sido la marxista "La Vía Democrática", para "expresar su solidaridad con el pueblo egipcio y apoyar la democracia y la liberación nacional, que son aspiraciones legítimas para todo el pueblo del mundo árabe", afirma Mohad El Johri, miembro de la Secretaría Nacional. El objetivo principal de la protesta ha sido el presidente egipcio y su régimen, al que El Johri califica de "sistema de la Edad Media, ya que debe haber alternancia en todo lo que concierne a un Estado".

Posible contagio en Marruecos

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La prensa marroquí niega en bloque un eventual contagio de las crisis tunecina y egipcia en el reino alauí. Editoriales y artículos de opinión se esfuerzan en recalcar las diferencias que existen entre Marruecos y sus vecinos. Hablan del respeto a la figura del rey, del alto nivel de empleo o de las libertades de asociación, reunión y de expresión... "Es imposible que esto ocurra en Marruecos por la solidez de las instituciones, el buen funcionamiento de la política y la relación entre la sociedad y el Estado, algo de lo que carecen otros países, como, por ejemplo, Argelia", publica el semanario Maroc Hebdo. Otra publicación semanal, La Vie Éco, afirma en su editorial que "Mohamed VI no es de ningún partido y tampoco es actor del juego político parlamentario, ejecutivo o judicial". "Nuestros problemas no están en nuestro sistema institucional ni en nuestras libertades, sino en las pequeñas preocupaciones cotidianas como las trabas administrativas, la justicia ineficaz, un pequeño nivel de corrupción o la falta de implicación de los responsables locales en su trabajo", continúa.

Los medios de comunicación marroquíes reconocen que su país no está carente de defectos, pero aseguran que se pueden solucionar a través de una revolución pacífica y consensuada, sin necesidad de llegar a la violencia. Por el contrario, diversas organizaciones de la sociedad civil no parecen estar tan de acuerdo, como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), que defiende que "hay muchas similitudes en el conjunto de los países de la región, incluido Marruecos...el paro, la pobreza, la concentración de riquezas, la falta de democracia, de libertad...tenemos muchas cosas en común, aunque también diferencias, como la escasa apertura que Marruecos conoció en los años 90, que ahora está volviendo atrás de un día para otro...Si esto continúa, todo es posible...", sostiene Khadija Ryadi, directora de la AMDH. "Es posible y esperemos que llegue", afirma Mohad El Johri, ya que "Marruecos es el despotismo absoluto, el rey tiene todos los poderes, los ministros son secretarios...El poder del pueblo debe imponerse".