Raúl tumba al campeón y mete a Schalke en semifinales
El Schalke, en otra gran noche de Raúl González, logró la victoria por 2-1, en Gelsenkirchen ante el Inter, y selló un pase a semifinales de la Liga de Campeones que tenía casi asegurado tras el triunfo a domicilio (2-5) en la ida
Si ya en octavos fue determinante, con su gol en Valencia, y en Milán guió a su equipo al triunfo, Raúl volvió a emerger como el líder del conjunto alemán, al marcar el primer tanto de su equipo y dar una gran asistencia al central Benedict Höwedes, en el segundo
El excapitán madridista acabó en la grada, mezclado con una afición que ya le adora. La experiencia del '7' de los 'Reales Azules' fue suficiente para disipar las mínimas dudas que podían quedar, en una noche en la que el Schalke se concentró, ante todo, en administrar la renta acumulada frente a un Inter sin demasiados argumentos.
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El partido, como era de esperar, estuvo marcado por el resultado de la ida. El Inter salía con intenciones de buscar el milagro de una remontada y el Schalke, consciente de su ventaja, pareció caer en la tentación de hacer apenas lo necesario. El Inter tenía le pelota, la ponía en la mitad contraria y sobre todo Samuel Eto'o se movía por todo el campo mostrando un hambre de remontar que trataba de contagiar a sus compañeros. No obstante, las llegadas eran escasas.
A lo largo del primer tiempo, sólo un disparo desde fuera del área de Stankovic en el minuto 36, que Manuel Neuer tuvo que ceder a saque de esquina, se puede considerar como posibilidad de gol clara. Del otro lado, el Schalke había tenido una buena llegada en el 17, con un cabezazo de Raúl desde buena posición al que le faltó potencia.
En todo caso, aunque el Inter tenía la pelota, el Schalke parecía tener la situación relativamente bajo control y nada hacía pensar que los dirigidos por Leonardo pudieran hacer los cuatro goles que necesitaban. En ataque, el Schalke hacía poco, de forma muy esporádica y en dos ocasiones que hubieran podido aprovecharse para contragolpear Alexander Baumjohann se vio de pronto sólo en la mitad del Inter sin que sus compañeros lo acompañaran para formar una sociedad.
En el primer contragolpe jugado consecuentemente, llegó el gol del Schalke. José Manuel Jurado le metió un pase al área a Raúl entre los dos centrales y exmadridista se deshizo con un regate del meta Julio Cesar para luego marcar a puerta vacía. Un gol que recordó el que, ante Santiago Cañizares, certificó la "Octava", en la final de París del año 2000. El Inter logró empatar por intermedio de Thiago Motta el comienzo del segundo tiempo -un remate desde cinco metros después de un saque de esquina lanzado por Wesley Sneijder. Era el octavo saque de esquina a favor del Inter y en cierto sentido el gol era un producto de la insistencia.
La situación era como si, en parte, el partido volviera a empezar. El Inter volvía a necesitar cuatro goles. La diferencia era que el Schalke había ganando más de 45 minutos. El Schalke empezó a mostrarse menos conservador que en la primera parte y generó incluso algunas situaciones de peligro. Lo más importante, sin embargo, era que los minutos iban pasando sin que se tuviese la impresión que que el Inter tuviera argumentos para el milagro.
Entre el gol y el minuto 75 -cuando una falta lanzada por Sneijder pasó muy cerca del poste izquierdo de Neuer- el Inter no tuvo una sola llegada digna de mención. Cuando atacaba, el Schalke era más peligroso y el segundo gol terminó llegando, por intermedio de Benedict Höwedes que aprovechó un gran pase de profundidad de Raúl tras una pérdida de balón del Inter en la mitad del campo.
El Schalke tenía de sobra para la semifinal. Los minutos finales fueron de celebración y así, por ejemplo, Jurado fue sustituido ante todo para que recibiera el aplauso del público, antes de que el pitido final desatase la euforia en una afición que ve, por primera vez en la historia, a su equipo en la penúltima etapa de la Copa de Europa.