Las fuerzas de Gadafi atacan con bombas de racimo de fabricación española
Según el diario norteamericano, los restos de las bombas de racimo, que ha podido examinar y fotografiar, corresponden a proyectiles de mortero MAT-120 fabricados en España
Las fuerzas del líder libio, Muamar el Gadafi, habrían atacado con munición vendida un año antes de que España firmase en Oslo la Convención para prohibir las Municiones de Racimo. Por su parte, Gadafi ha desmentido que esté usando este tipo de armamento
Según el diario norteamericano, los restos de las bombas de racimo, que ha podido examinar y fotografiar, corresponden a proyectiles de mortero MAT-120, compuestos por 21 submuniciones diseñadas para destruir blindados ligeros y matar a personas.
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Los componentes de las municiones de 120 milímetros, según las marcas que constan en los restos, fueron fabricados en España en 2007, antes de que este país rubricara la Convención Internacional contra las bombas de Racimo y destruyera sus arsenales. Libia nunca ha rubricado este acuerdo internacional. Las bombas de racimo, que dispersan municiones de gran potencia explosiva en una amplia zona, no pueden ser lanzadas con precisión y cuando alcanzan zonas civiles suponen un grave riesgo para la población.
La empresa española a la que se le atribuye la fabricación de las bombas de racimo es Instalaza, fabricante hace pocos años de las MAT-120, que de acuerdo con la información del New York Times, son las que está empleando Gadafi. La empresa Instalaza dejó de fabricar estos proyectiles tras firmarse la convención internacional contra las bombas racimo en 2007.
Durante una rueda de prensa en Berlín, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha asegurado que no es "consciente" de que se hayan empleado bombas de racimo y otras armas pesadas en Misrata, aunque ha dejado claro que no estaría sorprendida por lo que puedan haber hecho el coronel Gadafi y sus fuerzas.
El diario, no obstante, insiste en que el uso de bombas de racimo en la ciudad de Misrata se hizo evidente el jueves por la noche, cuando varios proyectiles de mortero de 120 milímetros explotaron en el aire sobre la ciudad dispersando submuniciones explosivas.
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