Según los últimos datos ofrecidos por el ayuntamiento de Lorca y una vez evaluados el 100% de los inmuebles de la localidad, 2765, el 57«7 % no tiene desperfectos estructurales y el 28»6 ha sido señalados con amarillo lo que significa que no cumplen las condiciones necesarias de habitabilidad. Además, hay un 13,6 por ciento de viviendas que tienen daños estructurales (color rojo), lo que «no quiere decir que haya que demolerlas» todas. Seis de cada 10 viviendas son habitables después del terremoto. El Ayuntamiento de Lorca ha actualizado los datos sobre las viviendas examinadas en la localidad. Todos los partidos de este municipio han dado por terminada su campaña electoral. El balance es: 57«7 % verde, 28»6 % amarillo y 13,6 % rojo. Sumida en un silencio resignado que acompaña las tareas de limpieza y recuperación de las viviendas y de los servicios públicos. Las heridas parecen empezar a curarse a medida que avanza el desescombro, y algunas zonas como el barrio de Las Viñas, el más afectado del municipio, presenta un mejor aspecto gracias al trabajo de operarios, soldados y bomberos, que no han cesado en todo la noche. Aún es temprano para saber si abrirán más comercios que el viernes, pero los vecinos de esta zona comentan que la mayoría sufren graves desperfectos en su interior, por lo que dudan de que puedan hacerlo. El aspecto vital de las calles es semejante a los días anteriores, gente con maletas preparando su salida de la ciudad, propietarios lamentando el destrozo de sus viviendas, unidades motorizadas del Ejército y vecinos que duermen en sus coches. En el campamento principal de atención a los afectados, que ya ha adquirido sus propias rutinas, comienzan las colas en la zona de aseo personal y en la carpa donde ofrecen desayuno. El terremoto registrado a últimas horas de ayer noche, de 2,4 grados en la escala de Richter, apenas fue percibido por la población, pero hubo muchos que lo notaron y decidieron abandonar de nuevo su vivienda y pasar la noche en este recinto. El temblor de anoche se ha percibido más como un rumor que por su realidad: «Nos han dicho que ha habido algo esta noche; Yo creo que lo he notado, pero no sé si ha sido el temblor o los tres días que llevo durmiendo en una litera», comenta una afectada boliviana, que no quiere volver a su casa porque su hija está «aterrorizada». Por miedo o por imperante necesidad, unas 3100 personas han dormido en las cinco áreas de atención instaladas en la ciudad.