El rescate, "muy duro" para Portugal
El secretario general del principal sindicato portugués rechaza tajantemente el paquete de ayudas porque "agrava los problemas". Propone una postura sindical "más ofensiva" contra las políticas neoliberales
El sindicalista portugués Manuel Carvalho da Silva, secretario general del principal sindicato portugués (CGTP), atiende a la Cadena SER en Grecia(RAFA BERNARDO)
Manuel Carvalho da Silva responde rápidamente cuando se le pregunta por los efectos del rescate que la Unión Europea y el FMI han aprobado para Portugal. "Es muy duro para los trabajadores y para el pueblo portugués". El secretario general del principal sindicato portugués, la CGTP, habla en Atenas, escenario clave también de la crisis económica, y objeto asimismo de un rescate, que los socios europeos y las principales organizaciones económicas internacionales debaten si reestructurar o ampliar.
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Carvalho se va hoy de Atenas. Participaba en el 12º Congreso de la Confederación Europea de sindicatos, pero se va a ir antes para organizar movilizaciones en su propio país. El objetivo es protestar precisamente contra "la injerencia de la UE y el FMI". El día elegido es el 19 de mayo, y las ciudades Lisboa y Oporto.
Para Carvalho ese plan de rescate, esa "injerencia", supondrá agravar los problemas por los que atraviesa su país: "no ayudará al crecimiento económico, agravará la situación del paro, aumentará la precariedad laboral y propiciará una situación social más grave, con retrocesos en salud, formación...", enumera.
Alternativas
Para el líder sindical portugués, la situación actual es "muy delicada": se plantean estas medidas de rescate y ajuste como "única solución, y esta idea es repetida, repetida, repetida... Esto anula las perspectivas de lucha de muchos trabajadores, tiene un efecto desmovilizador". Contra ello, Carvalho plantea "luchar por una afirmación de alternativas, en democracia tiene que haber alternativas. Es una lucha contra los silencios, los miedos".
Las alternativas las tiene muy claras: "cambio en los términos de la deuda, otorgamiento de un periodo temporal más largo para la reducción del déficit, reorientación de la política de inversión hacia lo productivo, en vez de hacia lo especulativo y combatir el fraude, la economía sumergida y la especulación". También, añade, hay que transmitir objetivos positivos: "no es posible pedir responsabilidad a las personas si se les dice que su vida va a retroceder: que la precariedad va a aumentar, que los hijos van a tener una vida peor que los padres...".
Movilización
Además, para Carvalho es necesaria una "postura sindical más ofensiva, una articulación más fuerte de los países del sur", España incluida. "Sólo será posible dar un camino positivo al proyecto europeo con una fuerte movilización, no se puede seguir sometido a las políticas neoliberales dominantes".
La fuerza para ese cambio, insiste, ha de venir de la unidad y del respeto a los países del sur de Europa: "Queremos una Europa de colaboración, solidaria, que respete las especificidades. No es posible tratar igual lo que es desigual, es una tontería", subraya, "y hay que acabar con políticas de carácter colonialista: es un insulto tratar a los pueblos portugués, griego o español como pueblos de segunda categoría, que no saben gobernarse".
