Los peritos judiciales atribuyen el siniestro a causas que sucedieron "simultáneamente"

El informe final del órgano pericial colegiado que ha designado el juez Javier Pérez concluye que el accidente del JK5022 de Spanair que costó la vida de 154 personas se debió a la existencia de "varias causas que dieron lugar simultánea o secuencialmente". El documento ha sido firmado por 7 de los 8 miembros de la comisión. Uno de los dos técnicos de mantenimiento elegidos por el juzgado se ha negado a hacerlo.

El documento dice que los pilotos "no configuraron adecuadamente el avión para el despegue" porque no extendieron los flaps y los slats. Añade que el proceso para comprobar que todo estaba correcto para despegar se hizo "sin la debida adherencia a los procedimientos operativos estándar, perdiendo con ello la oportunidad de detectar el error de configuración del avión".

La peor parte se la llevan los técnicos de mantenimiento porque, señala el informe, "no llegaron a identificar la causa de la avería y despacharon el avión incorrectamente". En la actuación de los técnicos "prevaleció el criterio de reducir el perjuicio operativo (evitar retraso) sobre el de resolver la avería".

Los fabricantes no están excluidos de las críticas y los peritos subrayan que algunos de los manuales de mantenimiento analizados "adolecen de defectos que en el caso del accidente han formado parte de la cadena de circunstancias que conducen al mismo".

El informe pericial también se detiene a analizar la actuación de las autoridades aeronáuticas. Concluye que desde el accidente de Detroit en 1987, idéntico al de Barajas, no han sido "firmes ni diligentes en la adopción de medidas para evitar otro accidente aéreo debido a una mala configuración del avión".

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