Santiago Carrillo: "Considero a Semprún un gran luchador antinazi y antifranquista"

La llamada 'crisis del 64' en el seno del Partido Comunista de España derivó en enfrentamientos con su entonces líder, Santiago Carrillo, y acabó con la expulsión de Jorge Semprún de la formación política. Hoy, 47 años después, no hay espacio para el resentimiento en las palabras de Carrillo: "Me parece que las polémicas han perdido toda su importancia ante lo fundamental: la pérdida de un hombre de valor", comenta durante su entrevista en 'La Ventana'

Jorge Semprún fue elegido miembro del Comité Central del PCE en 1953, partido al que estuvo ligado hasta su expulsión en 1964, por su discrepancia con la línea oficial del partido. Un día después de su muerte, Santiago Carrillo define así al escritor: "Considero a Semprún un gran luchador antinazi y antifranquista" y recuerda que, durante su militancia en el Partido Comunista, "Semprún prestó grandes servicios y llegó a ser miembro del Comité Central y, en ese periodo, jugó un papel muy importante en la clandestinidad en España".

En 1953, Semprún viajó clandestinamente a España bajo la identidad de Federico Sánchez, su nombre encubierto en el partido. A finales de los años cincuenta vivió de incógnito en Madrid, compartió responsabilidades políticas con Simón Sánchez Montero y acometió la escritura de la que sería su primera novela, 'El largo viaje', publicada años después en París. Contrajo matrimonio con Colette Leloup en 1963, con quien tuvo a su hijo Dominique, y de una unión anterior aportó a su otro hijo, Jaime. Para Santiago Carrillo, esa lucha en el Partido "es lo importante" y añade que "las polémicas posteriores han perdido toda su importancia ante lo fundamental: la pérdida de un hombre de valor".

Pero aunque no sea el momento de entrar en polémicas, Carrillo ha querido explicar lo que, en su opinión, pasó en aquel momento: "Las discrepancias entre Semprún y el resto de la dirección del PCE podría haberse resuelto sin grandes dificultades. Durante un año yo estuve proponiéndoles que permanecieran en la dirección del partido sin plantear públicamente sus diferencias porque eso podría proporcionar dificultades serias a un partido que estaba trabajando en la más profunda clandestinidad". Pero no ocurrió así y tanto Semprún como Claudín tomaron posiciones públicas contra la posición del partido. Carrillo asegura que "ellos ya sabían que eso acarreaba la expulsión" pero explica porqué, a pesar de todo, lo hicieron: "Mi impresión personal es que ya no estaban de acuerdo en considerar la posibilidad de la necesidad de un partido como aquel y por eso no aceptaron la propuesta que les hice".