La mayoría parlamentaria de Sarkozy cierra el paso al matrimonio homosexual en Francia
Las uniones entre parejas del mismo sexo pueden centrar la próxima campaña presidencial
La mayoría conservadora de la Asamblea Nacional francesa ha rechazado la proposición de ley presentada por la oposición socialista para legalizar el matrimonio homosexual en el país. La propuesta ha logrado 222 votos, los de todos los diputados de izquierda y algunos de la derecha, insuficientes frente a los 293 sufragios conservadores que han cerrado la puerta a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Más información
La votación se ha producido cuatro días después de que los diputados debatieran por vez primera sobre el matrimonio homosexual, después de que un legislador socialista presentara una proposición de ley para legalizarlo. Aunque la ley no ha prosperado, la repercusión de los debates ha dejado entrever que el matrimonio homosexual será uno de los temas de la campaña de las elecciones presidenciales del año próximo. El parlamentario Patrick Bloche, que en 1999 ha logrado que se aprobara la ley de parejas de hecho, ha sido de nuevo el impulsor de esta iniciativa, que defendió como una forma de "luchar contra las discriminaciones".
"De lo que se trata es de sumar un nuevo derecho, no de reducir los derechos de las parejas heterosexuales", ha asegurado Bloche. Frente a esos planteamientos, la mayoría conservadora y el Gobierno han afirmado que no se puede abrir la "institución" del matrimonio ni "alterar su imagen en el inconsciente colectivo", según ha indicado el diputado de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) Michel Diefenbacher. Términos similares a los que había expresado el ministro de Justicia, Michel Mercier, para mostrar la oposición del Gobierno a la ley.
Pero el debate ha dejado entrever que hay un grupo de parlamentarios conservadores favorables al matrimonio homosexual encabezado por Franck Riester, quien ha multiplicado sus apariciones en los medios en defensa de este tipo de uniones. O el ex número dos del Gobierno Jean-Louis Borloo, quien ha asegurado que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo "puede ayudar a acabar con una discriminación que es la primera causa de suicidios entre los jóvenes franceses".
El debate también ha dejado ver posturas radicales en contra de este tipo de uniones, como la mostrada por la presidenta del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que comparó la legalización del matrimonio homosexual con la poligamia. O la diputada de la UMP Brigitte Barèges, quien ha llegado a comparar las bodas homosexuales con uniones con animales, lo que le valió críticas incluso de sus correligionarios.