Día 7. Visita fantasma a un cementerio
Después de pasar unos días por la Bretaña francesa, ayer pasamos la noche en Normandía, en la costa norte del país. Cuando llegamos al hotel no nos da tiempo a hacer demasiadas cosas
Hoy, por ejemplo, la etapa ha acabado demasiado tarde y hemos tenido unos cuantos kilómetros por carreteras comarcales, así que a cenar y poco más, porque mañana se madruga otra vez. Pero ayer nos dimos prisa y sacrificamos parte de nuestro tiempo de descanso para hacer una visita, digamos, un tanto distinta.
Anselmo y Cabrera ya lo habían visto en otra edición del Tour y se empeñaron en que cogiéramos el coche para ir a Colleville-sur-Mer, un pequeño pueblo costero donde está el cementerio americano que recuerda a los soldados americanos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Si alguien ha visto la película 'Salvad al soldado Ryan', está rodada en esos escenarios. Está situado en un barranco que mira a la playa de Omaha, una de las principales calas donde se realizó el desembarco de Normandía. Es un campo verde extraordinariamente inmenso, con casi 10.000 cruces, una por cada soldado. En lo alto de la playa se ven aún las madrigueras donde esperaban los alemanes escondidos para disparar.
Más información
La zona está llena de banderas americanas por todas partes. Pero claro, con el tiempo que nos lleva salir de la etapa, cerrar las conexiones, llegar al hotel, dejar las maletas y desplazarnos hasta Colleville, nos habían dado las ocho de la tarde. No lo sabía pero es un lugar de culto para los americanos, que izan su bandera a las 6 de la mañana y la recogen a las 6 de la tarde. Así que para cuando llegamos nosotros todas las entradas estaban cerradas. "¿Y si salto una valla de estas para intentar verlo por un hueco?", les dije a Anselmo y compañía. "¡Lo custodian los Marines americanos! Tú verás", me respondieron.
No hacían falta más explicaciones. Las palabras 'marine' y americano ya imponían bastante y me imaginaba volviendo de Francia con agujeros en el cuerpo. Me di la vuelta, que ya lo verá otro año y no tengo prisa, ¿no?.
Me está dando mucho la 'brasa' Íñigo Markínez, diciendo que un día de estos quiere escribir en el diario. Miedo me da lo que vaya a poner. Mejor que me dicte y yo censuro lo que me parezca, que es de Bilbao y tiende a exagerar mucho las cosas. La verdad es que nos reímos bastante en las retransmisiones y nos lo estamos pasando bien. Tampoco noto mucho el cansancio, aunque siempre dicen que en el Tour te vuelves loco la segunda semana, cuando ni estás recién llegado ni a punto de marcharte. Hoy cumplimos siete etapas y nueve días fuera de casa y creo que, de momento, las cabezas siguen funcionando, que diría el otro.