Italia, prácticamente paralizada por la huelga en protesta contra el plan de austeridad
El paro de ocho horas por turno ha tenido especial incidencia en los transportes públicos, ferrocarriles y aeropuertos
Italia se ha visto prácticamente paralizada este martes en respuesta a la convocatoria de huelga realizada por CGIL, el principal sindicato del país transalpino, en protesta contra las medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno de Silvio Berlusconi, que serán debatidas desde en el Senado.
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El paro de ocho horas por turno convocado por el sindicato de izquierdas, que no ha recibido el apoyo de otros sindicatos moderados, ha tenido especial incidencia en los transportes públicos, así como en los ferrocarriles y aeropuertos.La protesta, convocada contra el plan de austeridad de 45.500 millones presentado por el Gobierno italiano, coincide con el inicio del debate de las medidas de ajuste en el Senado, donde el Ejecutivo pretende superar con rapidez la votación para someter el paquete de ajuste a la aprobación de la Cámara Baja.
En este sentido, el debate sobre las medidas de ajuste comenzará este tarde y se prevé que el Senado apruebe el paquete este miércoles, tras lo que se trasladaría al Congreso, cuya votación final está prevista para el 20 de septiembre. Varias de las medidas más criticadas por los sindicatos han sido eliminadas del texto sometido a votación, aunque estas restricciones no han conseguido calmar a la opinión pública, que considera que el grueso del ajuste se vuelve a cargar sobre los ciudadanos corrientes.
Por su parte, y como constatación del agravamiento de la crisis, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, afirmaba este lunes en un comunicado que los mercados habían enviado una "señal de alarma" sobre la necesidad de actuar urgentemente para restaurar la confianza en las cuentas públicas italianas. De hecho, los socios europeos de Italia han observado con creciente preocupación las vacilaciones del Gobierno de Berlusconi a la hora de sacar adelante el programa de ajustes, e incluso la canciller alemana, Angela Merkel, llegó a advertir ayer que "la situación en Italia es extremadamente frágil".
Asimismo, la presión de los mercados sobre la deuda italiana se ha incrementado notablemente desde la semana pasada a pesar de la intervención del BCE en los mercados de deuda y el sobreprecio exigido a los bonos italianos a diez años superaba los 360 puntos básicos respecto a la deuda alemana.