SER Historia: Isabel II

Fue la cuarta esposa del Rey Fernando VII, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias la que finalmente dio una esperanza de sucesión con el nacimiento de su hija, María Isabel Luisa, como así fue bautizada en 1830.

Poco después de su nacimiento y para asegurar el legado dinástico, se aprueba la "Pragmática Sanción", que permitiría su acceso al trono de España el 29 de septiembre de 1833, sin tener cumplidos los tres años de edad. Debido a su incapacidad, por edad, para reinar, su madre se ocupó de la regencia del reino.

El que hasta entonces era el primer sucesor a la corona, Carlos María de Borbón, su tío, no aceptó el nombramiento de Isabel, primero como Princesa de Asturias y posteriormente como Reina de España. Su rotunda oposición a la Pragmática Sanción obligó a Fernando VII a exiliarlo, donde se mantendría hasta su muerte en el año 1855.

La división entre los partidarios de Isabel II, llamados isabelinos, y los afines a Carlos María Isidro, denominados carlistas, terminaría provocando en 1840 la Primera Guerra Carlista. En ese mismo año, el general Baldomero Espartero sería nombrado nuevo gerente del reino, asumiendo el cargo hasta 1843, cuando sería obligado a abandonar su cargo. Para evitar en ese año una nueva regencia se tomó finalmente la decisión de adelantar la mayoría de edad de Isabel II de los 16 a los 13 años.

Bajo su mandato, los gobiernos fueron generalmente de un talante moderado, por ello los primeros diez años de su reinado como tal se denominarían la "Década Moderada" en referencia al color político predominante en ella. Además, fueron varios los personajes destacados en esos años que acompañaron políticamente a Isabel II. Uno de ellos fue el general Ramón María Narváez, el cual logró imponer un férreo régimen militar estando al frente del gobierno.

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Desde el punto de vista nacional, se produjo avance suave pero paulatino en el proceso de industrialización, sumado a una política exterior en la que Isabel II no perdió oportunidad para intervenir en varios escenarios internacionales, muchas veces a favor de Francia. Con el tiempo, los constantes cambios en la presidencia del gobierno dieron lugar a una gran inestabilidad que se reflejó en la sociedad. El descontento y los escándalos privados y políticos terminarían por provocar la abdicación de Isabel II en 1870, dando lugar a un período liberal encabezado por el reinado de Amadeo I de Saboya, y posteriormente, la Primera República.