La mancha volcánica toca la costa de El Hierro
Las corrientes submarinas son las que la han empujado a tierra, aunque la situación es estable
Peregrinación de curiosos al mirador del Tanajara. Tratan de vislumbrar alguna señal de la famosa erupción volcánica de la que llevan días hablando.Con la ayuda de unos prismáticos, localizan las dos manchas verdes en el agua. Pero a alguno le cuesta más verlas. También hay quien nota un olor particular en al aire.Todo un espectáculo para los herreños. Aunque alguno se haya quedado con ganas de ver algo más. / AGENCIA ATLAS
La señal de tremor no ha variado y el proceso eruptivo mantiene la misma deformación La mancha de El Mar de Las Calmas, situada en la costa sureste de La Restinga, en El Hierro, está más cerca de la isla.
Esta mancha, que ha aparecido por la erupción volcánica submarina, ya es de mayores dimensiones, aunque la cabecera de la misma es más difusa debido a las corrientes marinas que son las responsables de que se haya acercado a la costa, tal y como señala Juan Manuel Santana, director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias.
Más información
- Los vecinos de La Restinga podrán volver a casa en 24 horas
- Los vecinos de La Restinga podrán volver a casa en 24 horas
- El magma sube a la superficie
- Dos barcos analizarán las aguas herreñas, donde se han registrado 7 seísmos
- Llegan los "ojos" para observar el fondo marino donde se encuentra la erupción de El Hierro
- Los investigadores observan a cetáceos a dos kilómetros de la mancha volcánica
- El volcán de El Hierro puede generar una isla
- Burbujeos y remolinos, efectos de la erupción perceptibles desde la costa de El Hierro
- Los vecinos de La Restinga no podrán volver a sus casas de forma permanente
- El magma sube a la superficie
Por tanto, no existen nuevos focos y la situación es estable porque la señal de tremor volcánico es idéntica a la de los días pasados y porque el proceso eruptivo mantiene la misma deformación. Todavía se desconoce cómo evolucionará la crisis volcánica, y todas las posibilidades están abiertas, desde que siga en la misma situación en la que está, que se desplace a superficies marinas más profundas, que avance hasta la costa o que incluso pueda llegar a adentrarse en la tierra.
El buque del Instituto Canario de Ciencias del Mar, el profesor Ignacio Lozano, que ha llegado a la isla de El Hierro en la tarde del jueves, comenzará a recoger muestras y analizar el comportamiento del magma volcánico que ya está saliendo a través de esa fisura submarina.
Además, tres investigadores del Instituto Nacional de Geología y Minería se incorporan este viernes al nutrido grupo de científicos para evaluar las laderas de la isla de El Hierro para comprobar cuál ha sido el impacto generado por los más de 9.000 seísmos registrados desde el pasado mes de julio, cuando comenzó la crisis volcánica.
Por otro lado, y a pesar de que las medidas de protección civil se mantienen porque la situación de riesgo es la misma, los vecinos del municipio de Frontera reclaman la apertura del túnel de Los Roquillos, la principal vía de comunicación insular, porque está estrangulando la economía del lugar debido a las cancelaciones y al descenso del número de visitantes.
Lo han hecho a través de una manifestación por las calles de Tigaday, en la que han participado unas 200 personas. Otros afectados por la crisis volcánica, los vecinos desalojados de La Restinga, que llevan desde el pasado martes en la residencia escolar de Valverde, reclaman más información.
Aseguran que no se les está explicando como debiera la evolución de la fisura, y mientras esperan a que los representantes institucionales se acerquen por el centro, se quejan de que viven en una especie de "cárcel" porque están sometidos a horarios y reglas. Aunque hay quien está más preocupado por lo que dejó atrás, en el pueblo, sus animales. Lázaro Quintero sólo piensa en sus 10 perros y 9 hurones porque cree que si nadie atiende a su petición de ayuda, que los trasladen a un lugar donde él pueda alimentarlos diariamente, se terminarán muriendo.
