Economia y negocios
Análisis:El relevo al frente del BCE

Mario Draghi, sin cambios a la vista

La llegada de Mario Draghi a la presidencia del Banco Central Europeo no va a implicar cambios significativos en la política de la institución

El italiano Mario Draghi, antes de convertirse en presidente del Banco Central EuropeoReuters

Según los expertos consultados por la SER, hay que esperar continuidad tanto en las decisiones en política monetaria como en el papel que ha jugado hasta ahora el BCE en la búsqueda de una solución a la crisis de la eurozona.

El desembarco del italiano Mario Draghi en el BCE se produce en medio de la tormenta perfecta. Las tensiones en los mercados no remiten, la economía de la eurozona se encuentra a las puertas de una nueva recesión y Europa no acaba de encontrar una solución para zanjar de una vez por todas la crisis de la deuda. Sin embargo, no hay que esperar que el relevo al frente del BCE implique un cambio de rumbo en la política de la institución.

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"Apostaría por la continuidad en el Banco Central europeo. Mario Draghi ha mostrado un comportamiento ortodoxo en línea con lo que es tradición en el BCE", afirma el analista económico Juan Ignacio Crespo. Y hay una segunda razón, aunque cambie el presidente de la institución no cambia la composición del consejo de gobierno, que es el órgano que toma las decisiones. "Un presidente siempre puede empujar en un determinado sentido, pero si el resto del consejo no le acompaña, es complicado que cambie la dirección", apunta también Crespo. Para Daniel Pingarrón, estratega de mercado de IG Markets, la llegada de Draghi no va a suponer un cambio importante en la línea que venía manteniendo Trichet al frente del BCE porque esta institución va a seguir priorizando la inflación frente al crecimiento. "La nacionalidad de Draghi levantó suspicacias. Se dijo que por ser italiano podía cambiar la política del BCE para favorecer los intereses de los países del sur de Europa y especialmente Italia, que no está tanto en la línea de vigilancia de la inflación como de fomento del crecimiento. Pero el Banco Central no se puede desviar de lo que es su mandato único, la vigilancia de la inflación".

Pero además de las decisiones en política monetaria, en los últimos meses el BCE ha jugado un papel clave en la adopción de medidas para hacer frente a la crisis de la eurozona ante la ausencia de iniciativa política por parte de los gobiernos europeos. El banco central ha proporcionado inyecciones de liquidez a los bancos privados y ha comprado deuda pública de países en dificultades, como Italia y España, para mitigar las tensiones en los mercados. Tampoco en esta nueva tarea que ha asumido el BCE hay que esperar giros significativos. "Creo que deberiamos esperar continuidad también en este tema, en la adopción de medidas no convencionales. Hace unos días Mario Draghi comentó que confiaba en ellas y que habían sido útiles para salir de la crisis", afirma Pingarrón, de IG Markets. En la última cumbre de líderes europeos se acordó que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) tome el relevó del BCE en estas tareas. "Mientras que el FEEF no esté operativo al cien por cien, es previsible que el banco central continúe comprando deuda pública de esos países", añade Daniel Pingarrón. Por su parte Juan Ignacio Crespo opina que "el BCE va a seguir siendo un elemento decisivo en la resolución de la crisis. Va a seguir actuando como un 'red de seguridad' en los momentos complicados como ha hecho en los últimos dos años y, además es difícil pensar que el FEEF vaya a funcionar correctamente si no es con un apoyo decidido y de segunda línea de defensa por parte del BCE".

Mario Draghi no va a tener casi tiempo para arremangarse. Va a tener que tomar decisiones con rapidez. Este jueves, sólo tres días después de asumir la presidencia del BCE, presidirá una reunión del consejo de gobierno sobre los tipos de interés. Los expertos creen que antes de que termine el año, el BCE podría decidir recortar el precio del dinero de forma moderada. "No creo que sea en la primera reunión porque podrían criticarle por tomar decisiones precipitadas, pero el nuevo presidente estaría dispuesto a aprobar una rebaja de tipos porque no le 'atan' decisiones suyas pasadas como ocurre con Trichet", afirma el analista económico Juan Ignacio Crespo. A Trichet se le ha criticado por cometer al menos en dos ocasiones el error de subir los tipos cuando la economía de la eurozona empezaba a mostrar síntomas de desaceleración, fallos que el hasta ahora presidente habría intentado ocultar en un intento por salvar su prestigio. Draghi no tendría esos reparos y parece claro que la situación de frenazo económico que vive la eurozona amerita una rebaja de tipos de interés.

 
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