Gabilondo: "Se abre un tiempo en Euskadi lleno de esperanzas pero también de interrogantes"
La edición de noviembre de 'Encuentros POR', 'Por la memoria', se ha celebrado en el teatro Campos Elíseos de Bilbao, y reflexiona sobre una Euskadi sin el terrorismo de ETA
Iñaki Gabilondo ha conducido este miércoles desde el teatro Campos Elíseos de Bilbao una nueva edición de 'Encuentros POR'. En el caso de este mes de noviembre, el encuentro ha llevado el nombre de 'POR la memoria', y en él hemos reflexionado sobre el futuro de Euskadi tras el anuncio del cese de la actividad terrorista por parte de ETA. Gabilondo ha abierto la cita con un monólogo lleno de preguntas porque, a su juicio, "se abre por delante un tiempo leno de esperanzas pero lleno de interrogantes, y de una gran importancia".
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Con la filosofía de que "podíamos redondear la actividad de la radio tratando de estimular el debate social sobre ciertos temas de actualidad, Gabilondo ha abierto esta edición especial de 'Encuentros POR' planteando una larguísima ristra de preguntas. Entre ellas, estas: "¿Qué ha pasado aquí en estos 50 años?, ¿cómo vamos a contar lo que ha pasado aquí?, ¿es indiferente el relato que se haga? Ya saben ustedes que hay dos líneas de relato, la de la fuerza de la sociedad y la de el heroísmo de los patriotas". Iñaki ha recordado que hay quien piensa que, en estos días, "hablar de lo que no tenga que ver con la economía es paja, es humo: nosotros creemos que no". Y ha continuado con las preguntas: "¿Cabe consensuar algún relato compartido?, ¿cómo le contaremos a nuestros hijos lo que ha ocurrido?, ¿cómo se repara a las víctimas de verdad?, ¿tienen que tener un papel protagonista activo?, ¿cuánto de activo?" Y así decenas de asuntos, que han desembocado en este símil: "¿No creen ustedes que un muchacho de 20 años que vota al PP en San Sebastián y un joven de la izquierda abertzale son tan extraños entre sí como un canadiense y un senegalés?".
La primera mesa de la tarde se ha titulado 'La memoria de la historia'. Antonio Duplá, Profesor Titular de Historia Antigua en la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco, ha señalado la necesidad de "sustituir la épica por la política. Creo que se ha abusado de la metáfora en este país. Frente a ese abuso es fundamental el relato y el testimonio de personas de carne y hueso que expliquen el sufrimiento, el daño que se ha provocado, no solo personal sino social". Duplá encuentra a la sociedad vasca "dividida identitariamente, muy fracturada por la acción del terrorismo, también por determinado atajos de la lucha antiterrorista... y desde ese punto de vista una sociedad también moralmente enferma". Lo ha ejemplificado así: "El tema político no se comentaba en las cuadrillas, en los bares. Esa patología tiene que ser superada. Se ha de superar mediante esa reflexión social que tiene un ritmo distinto que la reflexión política". Daniel Innerarity, filósofo y ensayista, ha recordado que "la memoria se construye en varios planos", y en lo que se refiere al plano público, "hay que empezar ya", porque "quienes más tienen que perder en esto, tratarán de que el relato les dé una cierta razón". "Habrá una tercera tarea, la tarea de los historiadores, en la que yo creo que sí que habrá más acuerdos. Tienen un gran desafío, que es contar la historia de este país desde una perspectiva nueva. La de quienes han sufrido más, y eso despoja a las naciones de ese regusto épico del que deberíamos prescindir".
Javier Elzo, el Catedrático Emérito de Sociología de la Universidad de Deusto, recuerda que en Euskadi "ya se haconvivido, en muchos momentos 'malconvivido', se ha hecho como se ha podido. Yo he vivido 33 años de mi vida bajo el Franquismo, y otros tantos o más bajo ETA. Se vivía en silencio, en ocultamiento, porque aquello era una dictadura. Se sale de aquella situación mediante el pacto del olvido, y ese pacto del olvido es el que dio lugar a la Transición Española". Iñaki Gabilondo le pregunta si ese pacto se debe reeditar en el País Vasco. "No. Rotundamente no, es todo lo contrario a lo que hay que hacer. No vamos a llegar a un relato único ni vamos a llegar a una memoria compartida, pero sí creo que este es un momento de registrar relatos, de grabar relatos, de ir haciendo memorias... dejando que la pequeña historia se vaya haciendo y la gran Historia se hará más adelante. Me parece muy importante recoger todos los relatos de todas las víctimas". Momentos después surgía en la conversación la palabra 'perdón'. "Es evidente que tiene que pedir perdón el mundo de ETA, aquellos que asesinaron también... me refiero a los grupos de extrema derecha, y los miembros de la seguridad del Estado que torturaron hasta la muerte. Pero a mí me parece más importante y más realista el reconocimiento del daño causado. Yo creo que vamos a llegar a una normalización política relativamente rápido, en un medio dije que a mí no me extrañaría que dentro de un par de legislaturas... Otegi pudiera ser lehendakari con el apoyo del PSOE. Afortunadamente el cáncer de ETA no ha sido una metástasis en toda la sociedad vasca".
Durante la mesa de historiadores hemos contado con el testimonio de Juan Carlos Gabriel, guardia civil en Vitoria desde el año 1975. "La convivencia ha sido muy difícil, muchas veces las instituciones no lo han puesto muy difícil", ha asegurado. Y sin embargo ha querido rechazar de plano un mito muy extendido. "Se ha dicho que la gente en el País Vasco no nos quería, pero interiormente nos demostraban tremendamente su gran cariño". Y ha recordado que aunque mantenga esperanza sobre el futuro, eso "no quiere decir que vayamos a bajar la guardia en ningún momento", que la Guardia Civil seguirá cumpliendo la ley "como lleva haciendo en sus 167 años de historia".
La voz de las víctimas
Los siguientes protagonistas han sido Rosa Rodero, Bárbara Duhrkop y Joseba Markaida, tres personas que han sido sacudidas directamente por este drama, que han aportado su punto de vista sobre el papel de las víctimas de ETA y el perdón.
Según Bárbara Duhrkop, viuda de Enrique Casas, lo más importante es dar esperanza: "Queremos creer que esto es definitivo", ha dicho, pero señalaba con amargura que hay "850 o más perdedores, porque ya no están". Duhrkop cree necesario más tiempo para que las víctimas puedan digerir el fin de ETA y el proceso que ahora se abre. Sobre perdonar a quienes mataron a su marido, ha sido tajante: "Yo no exijo el perdón, es un acto privado, pero sí por lo menos un reconocimiento al daño causado". Para ella también es importante que la historia se escriba desde la verdad: "Espero que en Euskadi no pase como en Alemania, que los libros de historia no recogían la verdad".
Rosa Rodero, viuda de un sargento de la Ertzaina, ha coincidido en la necesidad de verdad: "Que me pidan perdón, si no es real, me parece absurdo". También ha expresado el deseo de que los políticos tengan en cuenta las necesidades de las víctimas, algo en lo que insistía Bárbara Duhrkop :"A las víctimas hay que tenerlas en cuenta. Que haya memoria, justicia y dignidad, pero no se puede sustituir la tarea de los políticos. Yo nunca pedí ser víctima".
Joseba Markaida, presidente de Zaitu, la asociación Províctimas de Persecución, Amenazados y Exiliados, ha reconocido que psicológicamente todos estos años van a seguir pesando en todos los que han sufrido por la banda terrorista. Markaida es también político, concejal de Berango. Le han intentado quemar el caserío en cuatro ocasiones veces. Ha afirmado que "es comprensible el silencio cómplice de la sociedad porque nadie quiere intranquilidades" pero añade: "Nos ha dolido porque ha sido muy duradero". Por eso, apuesta por "convertir la experiencia amarga en conciencia popular, para que no se vuelva a repetir en el futuro".