Los obispos ofrecen "apoyo espiritual" a Rajoy
La Conferencia Episcopal desea al nuevo Gobierno "acierto, serenidad y espíritu de servicio" en su tarea y pide a Dios que le dé "luz y fuerza"
El cardenal Rouco Varela felicita al nuevo Gobierno y le ofrece apoyo espiritual a través de las oraciones de todos los católicos. En su discurso, el presidente de la Conferencia Episcopal ha lanzado un aviso a navegantes sobre los efectos perniciosos de las leyes del aborto y el matrimonio homosexual, si bien no ha hecho reclamaciones expresas a Rajoy para que las derogue.
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El cambio "sin milagros" que anoche prometía Mariano Rajoy contará con el "apoyo espiritual" de los obispos españoles. Eso es, al menos, lo que ha expresado la Conferencia Episcopal al futuro Gobierno del PP a través de una nota de felicitación y de una mención expresa que ha hecho el cardenal Rouco en el discurso pronunciado hoy ante la Asamblea Plenaria del Episcopado.
"Como Pastores del Pueblo de Dios, deseamos a quienes han sido elegidos para gobernar, en tiempos tan difíciles, acierto, serenidad y espíritu de servicio en su noble y decisiva tarea. Como siempre hace la Iglesia con los gobernantes, les ofrecemos el apoyo espiritual de nuestras oraciones y las de todos los católicos", ha asegurado el presidente de la Conferencia Episcopal que, a continuación, ha puesto como ejemplo
Pendientes de la ley del aborto y del matrimonio homosexual
El cardenal Rouco ha deslizado en su discurso algunas veladas referencias a las leyes del aborto y del matrimonio homosexual que la Iglesia española desearía ver derogadas, si bien no ha hecho una petición expresa en este sentido al futuro Gobierno. Eso sí, Rouco ha insistido en vincular la crisis a la pérdida de valores morales y a los ataques que sufren la vida y la familia en España. En este sentido, ha señalado Rouco "tiene especial relevancia la realidad de una cultura matrimonial y familiar gravemente herida por el individualismo hedonista y el positivismo jurídico, a los que ha conducido el alejamiento de Dios y de la verdadera humanidad". También ha señalado que las consecuencias del relativismo moral y del olvido de Dios, entre las que ha citado la corrupción política y económica, la codicia, la búsqueda del propio interés a toda costa, las poíticas y conductas abortistas y antinatalistas, la desprotección y la disolución institucional del matrimonio y la familia o la instrumentalización y el deterioro de la educación, "conduce a situaciones sociales y económicas muy delicadas".
Aunque sin una cita expresa, el cardenal se ha referido también al papel de la asignatura de Religión y de Educación para la Ciudadanía, (materia esta última que el PP ha prometido suprimir en su configuración actual), al señalar que los jóvenes necesitan una "educación que no se reduzca a una pobre y, a veces, inmoral transmisión de conocimientos.