Europa, bajo el timón de 'Merkozy', afronta una semana decisiva para salvar el euro
Europa afronta una semana decisiva para definir el futuro de la economía comunitaria y poner fin a la crisis de deuda soberana
La mayoría de países piden a Alemania que cambie su postura y permita al BCE la compra masiva deuda soberana. Merkel sopesa ceder pero a cambio intenta conseguir un gran acuerdo fiscal, que impondrá una fuerte disciplina presupuestaria con sanciones para los países que no cumplan. El debate no es sólo de fondo, sino también de forma. La situación en Europa exige celeridad pero la Comisión Europea exige que la reforma se haga por el método comunitario, con el consenso de todos los estados miembros, mientras que Alemania y Francia apuestan ya abiertamente por acuerdos bilaterales entre países, la llamada "Europa a dos velocidades", para evitar largos procesos de ratificación de las reformas. Y es que en las cancillerías europeas no se olvidan de sustos como los de los noes de Francia y Holanda a la Constitución Europea.
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibirá este lunes en París a la canciller alemana, Angela Merkel, para coordinar su estrategia de cara al Consejo Europeo, que se celebrará en Bruselas los próximos jueves y viernes con el objetivo de hallar una verdadera salida de la crisis que atraviesa la zona euro. El almuerzo de trabajo que compartirán Sarkozy y Merkel se produce después de que ambos pronunciaran la semana pasada sendos discursos en sus respectivos países, en los que avanzaron su intención de modificar los tratados de la Unión Europea (UE).
De la cita entre los mandatarios del eje francio-alemán que muchos medios de comunicación sintetizan como 'Merkozy', fundiendo los apellidos de ambos, se espera que salgan "proposiciones" para "garantizar el futuro de la zona euro", según palabras del presidente francés. El pasado jueves, en su discurso en Tolón, en el sur de Francia, Sarkozy aseguró que "Europa no es una elección, sino una necesidad" y abogó por una "refundación" de la UE. Se trata de un golpe de timón del jefe del Estado francés, que inicialmente había mostrado reservas ante la línea esbozada por Berlín, y que parte de los medios de comunicación franceses entienden como una capitulación de París ante Berlín.
Un día más tarde y ante el Bundestag, la cámara alta del Parlamento alemán, Merkel insistió en la conveniencia de modificar los tratados europeos para dejar atrás la crisis de deuda y volvió a rechazar medidas como la emisión de eurobonos o una mayor acción del Banco Central Europeo (BCE) para adquirir deuda de los países en dificultades, como le reclama Francia. "La crisis no se resuelve de un sólo golpe, no hay una solución mágica como muchos parecen creer. Se trata de un proceso que durará años", auguró la canciller alemana, quien abogó por introducir en los tratados reglas más rígidas y sanciones automáticas para aquellos que no cumplen los objetivos de mayor disciplina presupuestaria.
La reforma de los tratados que ambicionan Francia y Alemania, que buscan también una unión en materia fiscal, se propondría a los veintisiete Estados miembros de la UE. En caso de rechazo, se buscaría el acuerdo de los diecisiete países que conforman la eurozona, una modificación equivalente pero jurídicamente mucho más sencilla y que sortearía el obstáculo de países escépticos, como el Reino Unido. Y es que el primer ministro británico, David Cameron, ha mostrado su disconformidad con la reforma de los tratados. Tras reunirse el viernes pasado con Sarkozy en París hizo saber que no cree que esa reforma sea necesaria. "Al final de lo que se trata es de convencer a los mercados de que las instituciones del euro defenderán, protegerán y respaldarán la moneda con todos los medios de los que disponen, pero también combatiendo la falta de competitividad de algunas economías europeas", argumenta Cameron.
Una de las propuestas que apoyan Merkel y Sarkozy consiste en sustituir la obligada unanimidad para aprobar determinadas cuestiones en la zona del euro por una mayoría cualificada, que facilitaría la toma de decisiones. Entre el encuentro entre el presidente francés y la canciller alemana del lunes en París y el Consejo Europeo que se iniciará con una cena en Bruselas el próximo jueves, se producirá otro contacto entre algunos de los líderes europeos el próximo jueves en Marsella, en el marco del la reunión de Partido Popular Europeo (PPE). En esa cita, en el próximo presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dará a conocer a "los más importantes dirigentes europeos" su posición ante la situación económica, en palabras del líder del Partido Popular en España.
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