Ribera defiende la "trascendencia histórica" alcanzada en Durban para que Kioto "siga vivo"

Durban ha conseguido que el Protocolo de Kioto "siga vivo" y un compromiso de todos los países a converger en un único acuerdo, dos logros por los que hace un mes "nadie daba un duro", según la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, que ha discrepado de las valoraciones negativas de los principales grupos ecologistas y de la prensa tras los resultados de la cumbre.

Con el paso del tiempo, "nos damos cuenta de la trascendencia histórica" de lo alcanzado en un proceso de negociaciones internacionales que "nunca ha parado y que siempre ha avanzado hacia objetivos comunes", ha defendido Ribera.

No obstante, la secretaria de Estado, que ha encabezado la delegación española en la cumbre de la ONU, ha considerado que entre los resultados obtenidos habría sido deseable "una mayor ambición" en cuestiones como las medidas de mitigación de los gases contaminantes y en la fecha de aplicación de la nueva "hoja de ruta". En este sentido, Ribera apuesta por que el nuevo instrumento legal entre en vigor a partir de 2017, fecha en la que expira el segundo periodo de vigencia del Protocolo de Kioto, en vez de en 2020.

También ha abogado por haber conquistado unos compromisos de reducción de gases de efecto invernadero "más claros", aunque los países han articulado las herramientas para avanzar en esa dirección, ha matizado.

Fin de la "bipolaridad" entre ricos y pobres

Los dos principales resultados de Durban son, según Ribera, la supervivencia de Kioto -lo que "confirma la trascendencia de trabajar estos temas en el sistema multilateral"- y el compromiso de todos los países a verse reflejados en un mismo acuerdo, lo que acaba con la "bipolaridad" entre pobres y ricos en el siglo XXI.

A su juicio, hace un mes "nadie daba un duro" por lo que finalmente se ha conseguido en la cumbre de Durban, ni tampoco se creía que la Unión Europea se negara a continuar con Kioto si no se acordaba una hoja de ruta común para los grandes países contaminadores y el resto de naciones industrializadas. "No es perfecto, pero sí suficiente", ha concluido.