Yahya Saleh: ''Hay aventureros que no diferencian entre cambiar el régimen y llegar al poder''
Entrevista con Yahya Mohamed Abadllah Saleh, jefe de las Fuerzas de la Seguridad Central y sobrino del presidente Ali Abdallah Saleh
El régimen del presidente Ali Abdallah Saleh se ha basado durante décadas en el aparato securitario. La Guardia Republicana, dirigida por su hijo Ahmed, los servicios secretos, por su sobrino Amman y las Fuerzas de la Seguridad central, al mando de su sobrino Yahya. La CADENA SER ha tenido la oportunidad de conversar con Yahya Mohamed Abdalá Saleh en la base del cuerpo policial y militar en Sanaa que dirige con mano dura, a pesar del lenguaje atento y conciliador con el que se expresa.
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Acompañado por sus colaboradores cercanos, entre los que hay una mujer, parece haber asumido el papel de la cara amable del régimen; capaz de responder sin alterarse, convencido de que su tío fue pionero en la instauración de la democracia en el país y que sigue trabajando para no entregar el poder a manos equivocadas.
La tensión, los enfrentamientos entre el Ejército y los manifestantes continúan en varios puntos del país, en especial en Taiz (sur del país). ¿Cómo puede frenarse la escalada de violencia?
"El pueblo sabe que la caída del Estado no puede ser otra cosa que la destrucción de Yemen, por eso el pueblo se esfuerza para que las instituciones mantenga el Estado, porque hay aventureros que, por desgracia, no hacen las diferencias entre cambiar el régimen y llegar al poder, y la caída del Estado porque tienen una actitud adolescentes en política, por eso, los experimentados en política que tienen sentido de responsabilidad conocen el peligro de que el país se dirija hacia una guerra civil".
Los tanques de combate del Ejército están en las calles, la capital está dividida, con una Línea Roja en pleno centro de Sanaa que enfrenta a militares gubernamentales con los desertores de la Primera División Acorazada (dirigida por el General Ali Mohsen). ¿Qué impide que se solvente esta situación?
"La crisis política ha influido mucho sobre la seguridad en el país, y ha generado incidentes con la seguridad. Los que apoyan la anarquía y los elementos a favor de un golpe de Estado han encontrado esto como una oportunidad para controlar algunos sitios donde tienen una fuerte presencia, y así se nota su presencia en un sitio delimitado de la capital. Hay otras áreas donde no hay problemas. Esta gente no busca una solución porque viven siempre de problemas, anarquía y guerras".
El presidente Saleh dio orden a su entorno cuando fue trasladado a Arabia Saudí, tras el atentado que sufrió en junio, para que no hubiera venganza. ¿Ese gesto sólo iba dirigido a velar por la unidad del país o había un mensaje al exterior.
"La gente después del atentado esperaba que se declarase la guerra civil y que la anarquía se instalaría en el país, pero nosotros tenemos sentido de la responsabilidad, nos hemos controlado y siguiendo las indicaciones del propio presidente de contención, para no seguirles a ellos en sus planes y que se instale la anarquía, porque nosotros somos responsables y tenemos un deber nacional de proteger al pueblo y a la nación".
La inestabilidad de Yemen se debe a varios conflictos, algunos abiertos hace años... Es posible que se llegue a una guerra civil.
"No, es una hipótesis muy lejana en Yemen porque sería una locura, porque una guerra civil sería una guerra de destrucción total sin que haya un vencedor y un vencido porque todos seremos perdedores. Aún hay armas en Yemen y todo el mundo sabe cuál es el peligro de ir a una guerra civil y esperemos no llegar a esta situación. Y sobre todo, todos han visto lo que ha pasado en Libia y las violaciones de derechos humanos y las matanzas cotidianas del pueblo libio por parte de los revolucionarios de la OTAN".
Usted asegura ser un admirador del Che Guevara, apoya a los gobiernos de Hugo Chaves, Fidel Castro, Daniel Ortega y Evo Morales en América Latina, pero en el caso de Yemen no está junto con los que se consideran revolucionarios. Qué entiendo usted por revolución.
"La revolución primero debe ser para el ser humano. La revolución debe tener una ética y valores, y reconciliación y justicia; si es una revolución por la venganza, por la muerte, por un ajuste de cuentas, o por odios... esto no sería una revolución, sería más una venganza, y no tiene nada que ver con una revolución, que es algo con más valor donde el ser humano busca la realización de la justicia".
Mide sus palabras, ofrece análisis generales para no interferir en los anuncios que sólo su tío debe hacer, aunque sí que se muestra contrario a parte de los términos en los que se ha planteado la iniciativa del Golfo que firmó el pasado 23 de noviembre el presidente Saleh.
Yahia Mohamed Abdalá Saleh, de 46 años, es fiel a su familia, a su clan, sin llegar a imaginar cómo será el futuro Yemen que deberá empezar a definirse y dar respuestas en los próximos meses.
Los cambios en el poder de la Primavera Árabe
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