Las viejas ideas de un poeta redimido
Leonard Cohen ha presentado esta semana <i>Old Ideas</i>, su primer disco desde 2004
El músico canadiense regresa a las tiendas con su primer trabajo con temas nuevos en ocho años. Con esta entrega el cantante vuelve a mostrar el lado más poético de sus composiciones. / SONY
El músico canadiense regresa a las tiendas con su primer trabajo con temas nuevos en ocho años. Con esta entrega el cantante vuelve a mostrar el lado más poético de sus composiciones.
La primera escucha de Old Ideas te transporta a un mundo de paz, al universo personal de Leonard Cohen, un espacio habitado por los elementos comunes de la obra del poeta. La voz del cantante canadiense ha envejecido, se ha oscurecido enriqueciéndose de nuevos matices. Old Ideas no arroja grandes éxitos en su primera escucha, pero tiene suficiente empaque y presencia para situarse entre sus grandes obras, al menos desde el brillante Im your man (1988).
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El nuevo trabajo del trovador canadiense se adentra en la oscuridad de la depresión, en el dolor que generan las oportunidades perdidas y en la pasión de un amor dramático y doloroso. "Me gusta poco lidiar con las urgencias de la vida real", comentaba en su encuentro con la prensa internacional en París . Han pasado ocho años desde la edición de sus últimas composiciones y Cohen ha vuelto a sentarse a la mesa, cual orfebre ante su obra, para terminar de dar forma a retales escritos en tiempos lejanos. Un proceso que el artista, con su honestidad y humildad habitual, ha calificado de "poco ordenado" y que le hace sentir como un "absoluto principiante".
Ese es el envoltorio de estas diez canciones, composiciones atemporales donde cada palabra y cada verso es fruto de una honda reflexión y a las que la veteranía ha ido dotando de profundidad y experiencia. "Ya sé que tienes que odiarme pero ódiame un poco menos. Me rompí el alma tratando de volverte a enamorar, qué daño hago suplicando dame otra oportunidad", susurra Cohen en el jazzistico Anyhow. El tema del amor perdido, del engaño y del error, todo lo que le ha sucedido al autor en los años previos a su regreso musical, se vuelve a mostrar en Crazy to love you. "Tuve que enloquecer para amarte, tuve que dejar todo caer, tuve que ser gente que odiaba, tuve que ser ningún mortal". El músico, que hace poco confesaba acudir al blues y al flamenco en busca de estabilidad emocional, firma un álbum precioso que reconforta, inspira y reduce los males de un mundo que a veces gira demasiado agitado.
La obra de Cohen rezuma poesía y lirismo, se muestra ajena a los tiempos actuales y resulta cercana. "Nos hallamos en lados distintos de una línea que nadie trazó, aunque para el alto ojo todo pueda ser uno, donde vivimos, aquí abajo, es dos", canta en Different Sides, el genial tema que cierra el disco. Tras escuchar Old Ideas uno se siente mejor, más tranquilo y ajeno a la realidad. Después de escucharlo toca levantarse y volver a darle al play para regresar a ese universo personal donde todo parece ir más despacio, ofrecer más paz, inspirar más ternura. Volver a escucharlo todo para negar aquella idea inicial de que el disco carece de éxitos, tiene varios. Amen recuerda a las primeras escuchas de Halleluya, Come healing y Show me the place no desentonarían en un grandes éxitos y Different Sides debería ser obligada escucha en las escuelas. El segundo repaso a la última obra de Cohen ofrece nuevos matices, nuevas frases que se quedan flotando entre el humo de la habitación recordando que el maestro sigue activo.